Los lingotes de plomo recuperados de antiguos naufragios presentan unas características ideales para los experimentos de física de partículas. Científicos del detector de materia oscura CDMS en Minnesota (EE UU) y del observatorio de neutrinos CUORE en el Laboratorio Gran Sasso (Italia) los han comenzado a utilizar, pero los arqueólogos advierten sobre la destrucción y el comercio del patrimonio histórico que hay detrás. La revista Science se ha hecho eco de este dilema formulado por dos investigadores españoles.
En la imagen, un lingote del pecio Bou Ferrer. Se trata del mayor barco romano en excavación del Mediterráneo, hundido muy cerca del puerto de La Vila Joiosa (Alicante). Una serie de marcas inscritas (IMP. GER. AVG) permiten a los especialistas asegurar que su propietario fue el propio emperador de Roma, probablemente Calígula, Claudio o Nerón.