En el año 1596, un saqueo a manos del Conde de Essex estuvo a punto de arrasar la ciudad de Cádiz. Desde entonces, las autoridades centraron sus esfuerzos en establecer una barrera entre la ciudad y el mar, una tarea de reconstrucción que ha acompañado a los gaditanos en los últimos 400 años. Los problemas con los que se encontró Felipe II para detener la erosión marina son parecidos a los que existen hoy día, y las soluciones, también.
En la imagen, garita del castillo de Santa Catalina, en Cádiz.