Una investigación liderada por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) se propuso averiguar el límite de observación al que podrían llegar usando el telescopio óptico-infrarrojo más grande del mundo: el Gran Telescopio CANARIAS (GTC).
Los resultados, que se publican ahora en The Astrophysical Journal, revelan que se ha conseguido una imagen diez veces más profunda que cualquier otra obtenida desde la Tierra.
La fotografía se centra en un tenue halo de estrellas alrededor de la galaxia UGC00180, situada a unos 500 millones de años luz de distancia.
Con este descubrimiento se confirma la existencia de los halos estelares que predecían los modelos teóricos, además de permitir explorar fenómenos de muy bajo brillo superficial.
Observar los objetos que están muy lejos en el universo supone un gran reto porque la luz que llega es enormemente débil. Lo mismo ocurre con aquellos que, aunque no están tan distantes, se encuentran muy dispersos por el espacio.
Medir su brillo es muy complicado por la falta de contraste con el fondo del cielo, pero el potente telescopio GTC lo ha logrado con éxito.