Un equipo de científicos liderados desde el Laboratorio de Geofísica de la Institución Carnegie (EEUU) ha descubierto que el contenido de agua del interior de la Luna es mucho mayor de lo que señalan los estudios previos. La investigación, que se publica esta semana en PNAS, plantea la posibilidad de que el agua se preservó del ardiente magma que estaba presente cuando comenzó la formación de la Luna, hace unos 4.500 millones de años, y que probablemente se distribuya en abundancia por el interior lunar.