La nave espacial Cassini lleva observando los géiseres que emanan desde el sur de Encélado, una de las lunas de Saturno, desde 2005, pero el proceso que impulsa y mantiene estos chorros es un misterio.
Ahora, con la ayuda de simulaciones por ordenador, científicos de las universidades de Chicago y Princeton (EE UU) han encontrado una posible explicación: las fuerzas de marea cíclicas que ejerce Saturno sobre su satélite, según publican esta semana en la revista PNAS.
En la Tierra, las erupciones no suelen durar mucho, pero en Encélado se supone que hay un gran océano bajo su gélida superficie que, de alguna manera, no deja de emitir material por las múltiples fisuras de su polo sur (como se ve en la imagen). Estas denominadas ‘rayas de tigre’ han estado expulsando vapor y pequeñas partículas durante décadas, y probablemente mucho más tiempo, según los investigadores.
Su modelo indica que la acción mareal bombea el agua desde el océano subterráneo hacia la superficie por las profundas fracturas en la capa de hielo de Encélado. Esto también podría estar ocurriendo en Europa, una de las lunas de Júpiter, otro de los ambientes criovolcánicos propicios para la vida.