La misión OCO (Observador Orbitador del Carbono, por sus siglas en inglés) de la NASA tendrá que esperar. El lanzamiento de esta nave diseñada para medir la concentración de CO2 en la atmósfera fracasó ayer al poco de despegar el cohete Taurus, encargado de ponerla en órbita. Unos problemas en los revestimientos de protección que envolvían al satélite fueron los responsables del fallo, que provocó que la nave cayese en el océano Pacífico. El principal objetivo de esta misión es recabar información sobre el cambio climático, y medir las concentraciones de CO2, identificando los puntos de absorción y las principales fuentes emisoras del principal gas de efecto invernadero.