Esta fotografía fue tomada en la exposición dedicada a la antigua Academia de Artillería, en el Alcázar de Segovia. En el procesado de la fotografía se han potenciado los tonos cálidos, ya que al tratarse de elementos de ciencia antiguos el autor pretende dar ese aspecto de laboratorio casi de alquimista. Se trata de una serie de frascos utilizados para almacenar los diferentes elementos químicos que se utilizaban para el estudio en la Academia de Artillería.