Peces cebra y seres humanos comparten unas variaciones genéticas relacionadas que pueden ser las responsables de alterar las respuestas fisiológicas y comportamentales de un organismo a la nicotina. Ésta es la conclusión de un equipo de investigadores de la Clínica Mayo (EEUU), que propone usar a esta especie de pez como modelo para estudiar la respuesta a la nicotina y, por ende, otras adiciones.