La pasión por volar del ingeniero militar Emilio Herrera (Granada, 1879–Ginebra, 1967) le llevó a ser uno de los primeros pilotos de globo de España, pero enseguida pasó a interesarse por los aviones, fáciles de maniobrar. En 1914 ocupó las portadas de los periódicos por ser el primero en cruzar el estrecho de Gibraltar en aeroplano. Años antes, en 1905, se elevó bajo la mirada del rey Alfonso XIII para observar un eclipse solar.
Herrera, un hombre inquieto, no se conformó con el vuelo atmosférico por mucho tiempo. Tan pronto como lo consideró un problema resuelto, se centró en conquistar el espacio exterior. “Presentaba para mí muchos más atractivos un sencillo viaje vertical –añadía en su discurso–, que una expedición a los países más remotos, siguiendo las vías de comunicación habituales”.
En la imagen, un retrato del ingeniero vestido con el uniforme militar.