A diferencia de lo que ocurre en otras cuevas, en la del Águila (Ávila), el desgaste provocado por el turismo es “inapreciable”, a pesar de recibir decenas de miles de visitantes al año. Esta es la principal conclusión de una investigación internacional, liderada por la Universidad de Alcalá (UAH), que ha medido las variaciones térmicas de la cueva.