La organización ecologista WWF alerta en un informe de la situación del tráfico ilegal de animales y plantas, muchas de ellas especies en peligro, en lugares protegidos e incluso considerados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Estos enclaves, con unas características geológicas, ecológicas y una biodiversidad únicas, son el hogar de grandes poblaciones de plantas y especies animales raras. Algunas sirven de último refugio para especies amenazadas como el rinoceronte de Java, en Indonesia, o las vaquitas en el Golfo de México.
Sin embargo, el informe de la WWF destaca que el tráfico de especies salvajes se da en, aproximadamente, el 30% de estos lugares protegidos a pesar de su condición. Se desarrollan actividades como explotación forestal, caza furtiva o pesca ilegal, prácticas que pueden conducir a varias especies al borde de la extinción y que ponen en serio peligro a las comunidades que dependen de esos entornos, según la organización.
Desde la WWF insisten en mejorar el nivel de vigilancia en lugares protegidos y más acciones para reprimir la demanda de animales salvajes ilegales, a través de la educación, la acción judicial, reforzando la protección, y una mayor cooperación entre las partes interesadas.
“Necesitamos urgentemente una mayor colaboración entre las autoridades para responder de forma coordinada y parar el tráfico de especies salvajes, desde la explotación ilegal en los lugares de origen hasta la venta en los mercados finales”, explica Marco Lambertini, director general de WWF International.