Una investigación francesa, que publica sus resultados en Science, ha realizado un experimento para descifrar el mecanismo por el que las yemas de nuestros dedos sienten diferentes texturas. Anteriores estudios han mostrado que las estrías que tenemos en las yemas de los dedos nos ayudan a sentir texturas muy finas, y cómo este proceso se realiza a través de unas vibraciones de la piel que surgen cuando nuestros dedos recorren una superficie. Para investigar cómo estas vibraciones se traducen en sensaciones, Julien Schiebert y su equipo desarrollaron un sensor mecánico cubierto de una tapa elástica que puede ser lisa o estriada, como nuestras yemas de los dedos. Al frotar el sensor con superficies de diferentes texturas, se emiten unas vibraciones que unas terminaciones nerviosas de la piel, los corpúsculos de Pacini, detectan, para luego enviar una señal al cerebro. Esto supone que las yemas de los dedos seleccionan y amplifican la información táctil, para facilitar su procesamiento por los corpúsculos.