En muchos animales, los machos y las hembras difieren en el tamaño del cerebro. La explicación más recurrente es que estas diferencias reflejan la acción de la selección sexual. Pero las predicciones no son claras. Un equipo de investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales ha descubierto que un grupo de aves costeras, las limícolas, no eligen a sus parejas por el tamaño del cerebro sino “por su físico”.