La forma en que vivimos se apoya sobre una robusta, pero no infalible, malla eléctrica, que desde la Revolución Industrial se ha fijado en el paisaje. Pero el entretejido que cubre el país está a punto de vivir otra revolución, esta vez impulsada por las fuentes de energía renovables y por la llegada del coche eléctrico. Y para que la red pueda resistir a los cambios que vienen, organismos de investigación y empresas de todo el país se aplican en investigar, desarrollar e innovar.