Hace mucho tiempo, más de 10.000 millones de años, en una galaxia muy, muy lejana, explotó una estrella con tanta fuerza que durante un tiempo brilló mil millones de veces más que el Sol. Aquel potente ‘faro de la radiación' ha llegado ahora a la Tierra y lo ha captado el telescopio espacial Hubble. Se trata de la supernova UDS10Wil, bautizada como Wilson en honor al presidente estadounidense W. Wilson, la más lejana –y por tanto la más antigua– detectada hasta la fecha en el universo. "El nuevo récord de distancia abre una ventana al universo temprano, ofreciendo nuevas e importantes pistas sobre cómo explotan estas estrellas", destaca el astrónomo David O. Jones de la Universidad Johns Hopkins (EE UU) y autor principal del estudio. Además, la supernova Wilson pertenece a la clase Ia, cuyos integrantes ofrecen un nivel constante de brillo muy útil para medir las distancias en el universo y su expansión, en el que se supone interviene la misteriosa energía oscura.