En el Glaciar de Taylor de la Antártida se encuentran las Cataratas de Sangre, ríos de minerales ricos en hierro que tiñen de rojo el hielo. Además de un espectáculo de la naturaleza, las cataratas son el hogar de un ecosistema de millones de años de antigüedad. Un equipo liderado por Jill A. Micucki, de la Universidad de Harvard, da cuenta en Science de este ejemplo de cómo un sistema microbiano puede sobrevivir durante un periodo prolongado sin fotosíntesis o nutrientes de una fuente externa, a través de la transformación de sulfuro y compuestos de hierro en alimento. Los investigadores concluyen que este tipo de ecosistemas pueden servir como modelo para explicar la existencia de vida bajo el hielo.