Científicos canadienses y chinos dan cuenta, en las páginas de la revista Nature, del hallazgo de la especie de tortuga más antigua descubierta hasta ahora. El fósil, de 220 millones de años, fue encontrado en los depósitos marinos del Triásico Superior en el suroeste de China. El animal ha sido bautizado como Odontochelys semitestacea (tortuga con dientes y medio caparazón), y probablemente vivía en el agua.
Este hallazgo permite empezar a desvelar uno de los mayores misterios de la evolución de los reptiles: cómo se desarrolló el cascarón y el cuerpo de las tortugas. Chun Li, de la Academia China de las Ciencias, describe en su artículo cómo la nueva especie cuenta con costillas dorsales expandidas, pero no tiene caparazón en su espalda, aunque sí un plastrón (la parte plana inferior del caparazón) totalmente desarrollado. Esto sugiere que el primer paso en la formación del caparazón es que la placa neural se convierta en hueso, y que se ensanchen las costillas, lo que se corresponde con el desarrollo temprano del caparazón en las jóvenes tortugas actuales.