El astrónomo aficionado Anthony Wesley de Australia descubrió de repente una nueva y oscura "cicatriz" en la superficie de Júpiter mientras lo observaba el pasado 19 de julio. Poco después los científicos del Laboratorio Jet Propulsion de la NASA en Pasadena (California, EE UU), utilizando el telescopio infrarrojo Facility del Mauna Kea en Hawai, han confirmado que el fenómeno se ha producido por un gran impacto, posiblemente de un cometa.
Las nuevas imágenes muestran el probable punto de impacto cerca de la región del polo sur del planeta, con una cicatriz oscura y partículas brillantes en la atmósfera superior (que, con los filtros aplicados, hacen que se vea una mancha clara en la fotografía).