El accidente de la mina de Aznalcóllar que hace más de 11 años contaminó parte del Parque Nacional de Doñana minó también el hábitat de los reptiles. Ahora un equipo de investigadores españoles, que ha analizado la comunidad de reptiles desde el año 2000, ha demostrado con la instalación de refugios artificiales que la desaparición de los refugios naturales redujo gravemente la población de lagartos y serpientes.