Una de las predicciones de la física cuántica es que las propiedades de un sistema de mecánica cuántica dependen del contexto en el que se realiza una medición. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Innsbruck, en Austria, y de la Universidad de Sevilla han conseguido probar, mediante un experimento, esta teoría. Así, los científicos utilizaron trampas electromagnéticas para capturar iones de calcio y realizar mediciones, para acabar demostrando que no es posible explicar los fenómenos cuánticos en términos no contextuales. Es decir, que el resultado de una medición depende de qué otras mediciones se lleven a cabo simultáneamente.
El problema se deriva de que la mecánica cuántica, encargada de describir el estado físico de la luz y la materia, formula conceptos que contradicen nuestra concepción clásica de la naturaleza. Los físicos trataron de explicar los fenómenos no causales en la mecánica cuántica con modelos clásicos de variables ocultas, excluyendo la aleatoriedad, un concepto omnipresente en la teoría cuántica. En 1967, sin embargo, los físicos Simon Kochen y Ernst Specker probaron que las mediciones tienen que ser contextuales para poder explicar los fenómenos cuánticos con variables ocultas. Ahora, 42 años más tarde, un equipo de investigación ha realizado un experimento que prueba esta teoría. Sus resultados se publican en Nature.