Entender las razones del comportamiento de una persona es difícil. Sin embargo, un equipo científico ha demostrado que se pueden conocer identificando las regiones del cerebro que se activan cuando una acción se realiza por empatía o solo para devolverle un favor a otro.
Un análisis de más de 14 millones de comentarios de la página web estadounidense RateMyProfessors, en la que los estudiantes escriben comentarios anónimos sobre sus profesores, mostró que los alumnos utilizan con mayor frecuencia las palabras "brillante" y "genio" para describir a sus profesores varones blancos. Además, las consideran características necesarias en disciplinas en las que las mujeres y los afroamericanos están poco representados, como filosofía y física.
El sentimiento de culpabilidad puede ser inexistente si, al cometer un delito, uno siguió unas órdenes. Esta reacción puede producirse para evitar un castigo o porque actuar bajo la presión de otra persona realmente modifica la sensación de responsabilidad. Un nuevo estudio confirma que, ante esta situación, la percepción cambia al establecerse una distancia emocional entre las acciones y sus consecuencias negativas. Según los autores, estos datos podrían tener implicaciones en términos legales y sociales.
Una sonrisa puede generar en los demás las ganas de sonreír y lo mismo ocurre con un ceño fruncido. El instinto de imitación facial permite a los humanos empatizar. Dos psicólogas sociales estadounidenses han investigado cómo se procesa esta acción en el cerebro. Según ellas, comprenderlo podría mejorar el tratamiento de trastornos relacionados con el reconocimiento de emociones, como los del espectro autista.
Un estudio pionero en el que participa la Universidad Complutense de Madrid analiza el amor romántico en parejas con edades entre los 18 y los 80 años. El 17% de los hombres y el 18% de las mujeres afirmaron sentirse “muy intensamente enamorados”, una proporción que disminuía según aumentaba la duración de la relación. La investigación no ha encontrado diferencias en la intensidad del amor en las parejas que llevaban entre veinte y treinta años juntas o más de treinta.
La localización de los objetos de una habitación o los actos que repetimos cada día de camino al trabajo son parte de los recuerdos que almacenamos en nuestro cerebro. Un nuevo estudio explica el modo en el que pueden condicionarnos sin que nos percatemos de ello.
Desde que nacemos, no dejamos de asombrarnos y plantearnos cuestiones sobre todo lo que nos rodea. Es la curiosidad, una facultad muy poco estudiada desde el prisma científico pero que, en los últimos años, está siendo analizada minuciosamente por la neurociencia. Conseguir que la escuela la estimule y que Google no la sacie son dos retos que tenemos por delante.
El espejo se convierte en un objeto sin el que no pueden vivir. Se enamoran de su propio reflejo y consideran que merecen un trato especial, pero, si no lo obtienen, se vuelven agresivos. Por primera vez, un estudio español realizado con 591 adolescentes y sus padres demuestra que la exposición a la violencia en casa, la falta de una comunicación cálida y positiva entre padres e hijos, y una educación permisiva genera adolescentes narcisistas que agreden a sus progenitores.
Los niños de tres años controlan sus impulsos prácticamente de la misma forma que lo hacen los chimpancés. / Fotolia
Los niños de tres años controlan sus impulsos prácticamente de la misma forma que lo hacen los chimpancés, una situación que es distinta cuando los menores cumplen seis años, al registrar una mayor capacidad de autocontrol. Así lo revela un estudio en el que participa la Universidad Complutense de Madrid. La enseñanza por parte de los adultos y la cultura humana podrían explicar este cambio evolutivo.