Un Banco del máximo interés

¿Podría existir un banco sin riesgos, solidario, con beneficios personales y familiares a largo plazo, que garantice la confidencialidad y la seguridad mediante certificación de calidad europea, y que no le cueste al usuario ni un solo euro? Sí, ya existe: el Banco de Tumores del Hospital Universitario Central de Asturias.

En Asturias se producen cerca de 5000 nuevos casos de cáncer al año; de ellos, una gran parte se tratan con cirugía, que en muchos casos resulta ser curativa, mientras que otros necesitan tratamientos de oncología médica o radioterapéutica. En esta línea de tratamientos más allá de la extirpación quirúrgica, se está avanzando en la optimización mediante terapias más personalizadas, dirigidas a atacar los puntos más vulnerables del tumor, y a evitar los “bombazos a ciegas” contra las células tumorales. Pero para diseñar estas estrategias terapéuticas, necesitamos conocer esos “puntos flacos” de nuestro tumor bajo estudio, lo que hace necesario investigar las muestras tomadas.

Nada de lo que sale de quirófano se tira, toda la muestra va a ser estudiada en Anatomía Patológica, que es el laboratorio receptor. En Anatomía Patológica se identifica y delimita la zona que corresponde al tumor, se ven sus relaciones con el tejido normal, se investiga si los bordes del tejido extirpado están libres y limpios de tumor, si hay ganglios dañados, y se estudian al microscopio mediante técnicas especiales ciertas características del tumor, como su grado de agresividad y otras. Es lo que se llama el diagnóstico anatomopatológico, que realizan los especialistas denominados patólogos ó anatomopatólogos.

Pero estudiar las características moleculares individuales de cada tumor requiere en muchos casos extraer del tejido las macromoléculas de ADN, ARN y proteínas, lo que hace preciso que éstas estén bien conservadas. Hasta ahora, no se conoce mejor método de conservarlas que la congelación. Esto quiere decir que si queremos estudiar un tumor en profundidad, el patólogo que se responsabiliza del diagnóstico debe, nada más recibir el tejido del quirófano, examinarlo para decidir qué parte necesita para sus estudios inmediatos, y qué parte puede ceder para estudios moleculares. Es ahí donde entra en juego el Banco de Tumores.

En el Banco de Tumores se está permanentemente alerta y acude al instante a recoger la muestra, congelarla y archivarla de la manera más adecuada. El Banco de Tumores del Hospital Universitario Central de Asturias existe desde el año 2001, y fue creado a instancias del Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA). La creación de una Red Nacional de Bancos de Tumores en la que este Banco está integrado, es una magnífica realidad relativamente reciente, y permite no sólo perfeccionar el diagnóstico y por tanto un beneficio personalizado para cada paciente, sino también aprovechar estos casos para investigación.

Estamos hablando de un material muy valioso: puede servir para ampliar el diagnóstico, con potencial beneficio directo al paciente, y también para una nueva investigación. En este segundo caso, es cuando resulta imprescindible el generoso consentimiento del paciente para el uso de su muestra por los investigadores.

De todo esto se encarga el Banco de Tumores. Asegurar que los tejidos se conserven de manera óptima por años, llevar a cabo controles de calidad que garanticen esta conservación, asegurarse de que el paciente ha dado su consentimiento para usar las muestras para investigación, preparar y ceder estos tejidos a los investigadores, asegurar la confidencialidad. Eso forma parte del bien hacer, de una medicina que nos permita que el paciente se beneficie de los últimos avances.

En general, los pacientes son generosos; quizás no del todo conscientes de que cuando ceden su tejido tumoral, del que desean obviamente deshacerse, a ser posible para no verlo nunca más, no sólo se están abriendo una puerta a la curación, sino que están permitiendo el desarrollo de nuevas líneas de investigación, que pueden ser beneficiosas para otros, a veces sus propios familiares.

El Banco de Tumores forma parte de los laboratorios de nuestra Comunidad que ha logrado y mantiene la certificación de calidad de ISO 9001-2000. Pero es imprescindible contar con la generosidad de aquellos que, sabiendo sobreponerse a la seria situación personal de tener un tumor, quieren colaborar por el futuro que todos deseamos, que los científicos puedan descubrir esos “puntos flacos” por donde atacar el tumor y poder investigar más allá de los animales de laboratorio, con nuestros propios tejidos.

En la actualidad, hay numerosos grupos de investigación trabajando con el material procedente de nuestro Banco; no solo del Instituto de Oncología de nuestra Comunidad (el IUOPA) sino de todo el país e incluso algún grupo internacional. Nunca se pudo pensar antes un beneficio tan grande para un material que desde alguna perspectiva estaría en el grupo de “residuos”.

Fuente: Universidad de Oviedo
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