¿Cómo decir a una niña que su abuelo, su madre o su amigo ha muerto, que se ha ido para siempre? Txabi Arnal, profesor de Magisterio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha analizado los álbumes literarios que tratan sobre la muerte para ver cómo responden a esta pregunta. Según afirma el propio autor, “he estudiado una temática que apenas se ha tratado hasta ahora. Esta ha sido mi principal aportación: quitar el miedo, afrontar el tabú”.
En los álbumes, los dibujos y los textos componen conjuntamente la narración. Arnal ha estudiado 57 libros de este tipo para niños; todos ellos publicados en castellano, tanto originales como traducciones.
Es, además, una muestra contemporánea, porque se trata de obras publicadas entre 1980 y 2008: “Quería que los álbumes a estudiar estuvieran vivos, para que si alguien quisiera buscarlos o comprarlos pudiera conseguirlos”.
Por ejemplo, algunos de los álbumes más conocidos que ha estudiado son El pato y la muerte, de Wolf Erlbruch; Regaliz, de Sylvia van Ommen; y ¿Cómo es posible?, de Peter Schössow.
Se ha fijado en varios aspectos de todas estas narraciones: cómo se tratan los sentimientos provocados por la muerte, los protagonistas, las causas de la muerte, el proceso de comprensión del niño, el esfuerzo realizado en la narración por desmitificar la muerte…
Gran naturalidad
Las conclusiones de Arnal han sido mejores de lo previsto. “La muerte se trata de una forma muy natural. Tenía la idea preconcebida de que estos libros serían de tipo panfleto, que el didactismo tendría más peso que el valor literario, ya que ante temas tan incómodos solemos dar prioridad a lo que queremos transmitir.Y me he llevado una sorpresa: la mayoría de los álbumes tienen un gran valor literario y afrontan el tema con naturalidad, en cierto modo dejando de lado el objetivo didáctico".
Lo más importante aquí no es el tema, sino el relato”, explica. Admite que palabras como muerte o morir no tienen demasiada cabida en los álbumes, y que normalmente se remplazan por giros, pero achaca este fenómeno a la esencia propia de la literatura: “Son textos literarios, y el autor puede decirlo como quiera; esconde la palabra (muerte), pero no el concepto”.
Asimismo, tras el estudio de dichos álbumes, Arnal remarca la diversidad que existe en cuanto al enfoque. Por ejemplo, respecto a la temática concreta de la que se ocupan: “A veces se prioriza el tema del duelo, otras el hecho de morir en sí, o la ceremonia…”. Los protagonistas son también diversos, tanto los que se mueren como los que lloran esta muerte. En cuanto a los fallecidos, en la muestra estudiada el investigador se ha topado con abuelos, madres, perros, el propio niño…; a su vez, los cuentos pueden narrar el dolor de un adulto o el de un niño, según el caso.
Una herramienta para el profesorado
Este trabajo de investigación está pensado para ser aprovechado por profesionales que trabajan con niños (profesores de Educación Infantil, educadores…) y que requieren de ayuda para hablar sobre la muerte con ellos. “Ofrezco recursos. Lo que digo es: ‘Si quieres valerte de la literatura, que sepas que este libro cuenta la muerte de este modo. Y si no, tienes este otro que lo trata desde este punto de vista, o este otro…’”, explica Arnal.
Y es que, entre otras cosas, este trabajo incluye un amplio referencial bibliográfico y una ficha de cada álbum estudiado. “Debemos saber que también existen libros de este tipo. Y que además son parte de la literatura infantil, muy adecuados para ser leídos por niños”, añade.