Cerca de cincuenta alumnos del Instituto San Fernando (Madrid) se acercaron este martes a la facultad de Ciencias de la UNED para disfrutar del seminario “Delitos contra el medio ambiente”. La Semana de la Ciencia les sacó por un día de sus aulas para despertar sus vocaciones científicas.
Para Aurora y Alejandra la nanotecnología era un misterio. Al menos hasta ahora. Ambas estudian el ciclo formativo de grado superior de Salud Ambiental del Instituto San Fernando (Madrid) y este martes, acudían al seminario “Delitos contra el medio ambiente. Nanotecnología y química verde” junto con sus compañeros de primer y segundo curso.
El acto, celebrado en la facultad de Ciencias de la UNED (Madrid) se enmarca en la undécima edición de la Semana de la Ciencia. “Este tipo de actividades fomentan las vocaciones científicas”, cuenta Alejandra. A sus 24 años tiene muy claro que quiere trabajar en un laboratorio. Aurora, de 45 años, se inclina más por algún empleo relacionado con el Medio Ambiente. “Es la primera vez que acudo a un acto de la Semana de la Ciencia y me ha resultado muy interesante”, asegura.
La responsable de esta inusual clase es su profesora, Pilar Palacín. “Todos los años venimos a algún seminario y en esta edición, éste me pareció el más adecuado”, explica. Ella imparte las asignaturas de contaminación atmosférica y contaminación ambiental y año tras año comprueba que la Semana de la Ciencia “atrapa” a sus alumnos.
Un país pionero
Los cerca de cincuenta jóvenes que se acercaron a la facultad de Ciencias aprendieron, entre otras cosas, que España es, junto a Polonia, un país pionero en la definición de delitos contra el medio ambiente puesto que éstos figuran en la Constitución, algo que no sucede en otros países. “España fue el primer país donde se realizó un mapa de delitos”, señaló Rosa María Martínez Aranda, profesora del departamento de Química Inorgánica y Química Técnica de la UNED. En 2010, éstos ascendieron a 4.029 y se detuvieron a 474 personas.
Para acercarse al joven auditorio la investigadora empleó ejemplos cercanos. “Que una discoteca emita más decibelios que los permitidos por la ley también es un delito contra el medio ambiente”, les indicó.
Las infracciones más difíciles de controlar son las relacionadas con el territorio y el patrimonio y, según la profesora, maravillas arquitectónicas como los rascacielos de Dubai “son una aberración desde el punto de vista ambiental”.
Para luchar contra estos delitos las ciencias utilizan una disciplina reciente: la nanotecnología. Esta tecnología, que controla materiales de dimensiones diminutas (a niveles atómicos y moleculares) “permite construir los materiales que queramos porque podemos modificar su composición”. Y con nuevos materiales, más limpios, se protege al medio ambiente. En esta dirección avanza la química verde. “Es la conciencia de la Química”, en palabras de la investigadora.