Los medios de comunicación son el vehículo educativo donde la inmensa mayoría de los adultos hemos tenido conocimiento de que se crea una vacuna, se descubre un planeta extrasolar, aparece una nueva aplicación para el teléfono o las posibles consecuencias de una alteración genética.
La celebración, en 2007, del Año de la Ciencia supuso un hito en la historia de España en lo que a la cultura científica se refiere. Desde entonces, en un entorno social, económico y político que espeluzna, el camino recorrido ha contado con algunas luces que constituyen aún motivo de esperanza.
Necesito en este momento poner las gafas de la ilusión y recordar a Jacobo Moleschott (1822-1893) cuando afirmó, refiriéndose a la vida, que “la luz teje a partir del aire” e imaginar que también seremos capaces de construir, con recursos que hoy son volátiles y vaporosos, un futuro sólido si seguimos iluminados por estos cuatro puntos de luz, entre otros.
Legislación
El día 2 de junio de 2011 se publicaba en el BOE, tras la aprobación parlamentaria –con unanimidad en la Comisión y en el Senado– la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación.
El Título III está dedicado al impulso de la investigación, de la transferencia de conocimiento y de la cultura científica. Me parece esencial recordar el Artículo 38, referido a la cultura científica y tecnológica.
1. Las Administraciones Públicas fomentarán las actividades conducentes a la mejora de la cultura científica y tecnológica de la sociedad a través de la educación, la formación y la divulgación, y reconocerán adecuadamente las actividades de los agentes del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación en este ámbito.
2. En los Planes Estatales de Investigación Científica y Técnica y de Innovación se incluirán medidas para la consecución de los siguientes objetivos:
Mejorar la formación científica e innovadora de la sociedad, al objeto de que todas las personas puedan en todo momento tener criterio propio sobre las modificaciones que tienen lugar en su entorno natural y tecnológico.
Fomentar la divulgación científica, tecnológica e innovadora.
Apoyar a las instituciones involucradas en el desarrollo de la cultura científica y tecnológica, mediante el fomento e incentivación de la actividad de museos, planetarios y centros divulgativos de la ciencia.
Fomentar la comunicación científica e innovadora por parte de los agentes de ejecución del Sistema Español de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Proteger el patrimonio científico y tecnológico histórico.
Incluir la cultura científica, tecnológica y de innovación como eje transversal en todo el sistema educativo.
Enseñanza reglada
Desde el curso 08/09 se imparte en primer curso de Bachillerato, y felizmente integrando también a 'los de letras', la asignatura denominada Ciencias para el Mundo Contemporáneo, a la que los alumnos se refieren naturalmente por sus siglas. A mi entender se trata de la oportunidad más valiosa para la cultura científica de las personas que existe en todo el sistema educativo.
A partir de los 17 años están a pleno rendimiento todas las herramientas intelectuales que permiten ejercitar los procesos, habilidades, actitudes y conceptos básicos de la ciencia aplicándolos a diversos temas y situaciones propias del mundo de hoy, que tienen contenido científico y gran impacto social, y que están en la mente de todos en ámbitos como la genética, el medio ambiente, la energía, la salud o las comunicaciones.
En el escenario que ofrece CMC, los grandes valores de la ciencia –como el espíritu crítico, la curiosidad, la creatividad o la constancia– que debieron sembrarse en la enseñanza primaria, se aplican y desarrollan al tiempo que se afinan habilidades como saber clasificar y definir, hacer estimaciones, leer gráficos y estadísticas, identificar variables, aplicar modelos, formular hipótesis o diferenciar hechos de interpretaciones.
Actualización
La FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología) decidió crear un Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) el 7 de febrero de 2008. En estos cinco años se ha convertido en la agencia de noticias científicas de mayor prestigio en España y con mayor impacto en países hispanohablantes.
En un mundo que cambia tan rápidamente como consecuencia de los avances científicos y tecnológicos es imprescindible que la ciudadanía conozca con veracidad y comprenda de modo suficiente para su equilibrio cultural el sentido de esos cambios. Los medios de comunicación son el vehículo educativo donde la inmensa mayoría de los adultos hemos tenido conocimiento de que se crea una vacuna, se descubre un planeta extrasolar, aparece una nueva aplicación para el teléfono o las posibles consecuencias de una alteración genética.
El camino que recorre la noticia desde que se produce hasta que llega a la comunidad tiene las dificultades y riesgos suficientes como para que sea necesaria una agencia como SINC, que sirva de referencia. Además de facilitar el seguimiento en profundidad y con rigor de las investigaciones y temas científicos de interés especial, sirve tanto a los miembros de la comunidad científica como a profesionales de medios de comunicación y también al público en general en la tarea de integrar ciencia, tecnología e innovación de un modo eficaz y positivo para la sociedad.
Cultura científica
El 4 de mayo de 2012 los Príncipes de Asturias inauguraron en La Coruña el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT), que había sido creado por Real Decreto en 1980. La institución, dotada de un modelo descentralizado que permite también la presencia activa en diversos puntos de la geografía de España, pretende ser un referente cultural con vinculaciones tanto al pasado como al futuro.
Es un signo del nivel cultural de los pueblos el saber valorar los testimonios históricos que constituyen su patrimonio, y es necesario hacerlo en el ámbito de la industria, las técnicas y la investigación científica del mismo modo que en otras facetas como las artes plásticas, la arquitectura, la música o la literatura. Este signo es consecuencia de una educación que de ningún modo puede limitarse a la enseñanza reglada.
Por ello, el MUNCYT ha de contribuir a la educación científica y tecnológica de la sociedad española, de los ciudadanos de todas las edades, haciendo que comprendan, aprecien, utilicen, y desarrollen los conocimientos, actitudes, métodos y valores propios de la ciencia. También, y en particular, ha de ser escaparate de la ciencia española, tanto en lo que se refiere a un pasado que existe -aunque sea desconocido- como promoviendo el conocimiento de la actividad de los centros nacionales de investigación, actuando como punto de encuentro entre investigadores y ciudadanos en materia científica y tecnológica.
Más opiniones en el Especial cinco años de SINC