Investigadores de la Universidad de Almería han creado un software que determina con precisión la temperatura y el tiempo que pueden soportar estas hortalizas destinadas a la exportación sin que pierdan sus propiedades ni su calidad de origen. Su empleo supone un ahorro económico para los productores al asegurar un traslado más cuidado de su mercancía.
Investigadores de la Universidad de Almería han desarrollado una aplicación que valora el deterioro que sufren los calabacines en las cámaras frigoríficas al transportarse. De esta manera, los productores pueden conocer a priori las condiciones óptimas de exportación de sus productos para que no pierdan calidad antes de llegar a los mercados.
Este sistema mejora el método tradicionalmente usado que consiste en la observación por parte de un experto que determina de manera cualitativa en una escala de seis puntos el daño que presenta el producto tras su transporte. Con la utilización de esta aplicación se puede conocer antes del traslado, de manera objetiva y con datos cuantitativos, cómo sufrirá la mercancía atendiendo al tiempo y temperatura a los que se vea sometida.
Además, el software puede ajustarse a la valoración de la tonalidad de una variedad concreta de calabacín, lo que permite una mejor adaptación a productos específicos. En el estudio publicado en la revista Biosystems Engineering los expertos desarrollan el proceso y los algoritmos utilizados para la obtención de datos fiables que pueden servir de referencia para el aumento de la producción y comercialización del calabacín en mercados internacionales.
Así, los investigadores proponen su uso al ser de fácil manejo y suponer un bajo coste. Además, permite la estandarización de la evaluación de un producto sin depender de un experto en particular, ya que puede comparar los resultados de una especie en diferentes áreas geográficas.
“Por encima de todo, es un método objetivo. La aplicación fue desarrollada para establecer un método cuantitativo y ha demostrado ser muy eficaz en la valoración del daño por frío durante las etapas iniciales, donde pequeñas variaciones pueden influir en el estado del calabacín durante el transporte”, indica la investigadora de la Universidad de Almería Nuria Novas, autora del artículo.
La investigadora de la Universidad de Almería Nuria Novas, autora del artículo. / Fundación Descubre
El software, basado en arquitectura para Android, consiste en la creación de una imagen tridimensional partiendo de fotografías tomadas alrededor del calabacín durante distintos tiempos, llamada homografía. El programa es capaz de detectar y marcar los cambios de tonalidades y hendiduras provocadas por el frío en el producto en cada momento a través de unos algoritmos creados por los expertos y que calculan el porcentaje total del producto dañado. Concretamente, la aplicación incluye cuatro variedades de esta hortaliza: sinatra, atlantis, musa y natura.
Elegir compañeros de viaje
El transporte de hortalizas encarece el producto de origen. Algunas, como el calabacín, no pueden soportar ese sobrecoste para poder ser competitivas en los mercados internacionales. Por eso, suelen exportarse junto a otro género y así minimizar los costes. El principal inconveniente de esta práctica es que la temperatura que requiere cada mercancía para llegar a destino con las óptimas condiciones es diferente.
Habitualmente, el calabacín es transportado con tomates. Sin embargo, los 20º a los que se traslada le supone un grave perjuicio, ya que es mucho más sensible y no soporta esa temperatura mucho tiempo sin dejar secuelas. Por ello, los productores ven mermados sus beneficios y la calidad del producto que ofrecen en el extranjero.
Hasta el momento, un experto evalúa el deterioro que sufren los calabacines en un rango entre 0, ningún trastorno, o 6, muy afectado. En función de esta valoración visual que depende del observador y, por lo tanto, es subjetiva, los distribuidores deciden si incluirlo en la cadena de venta o desecharlos.
El uso de la nueva aplicación supone una evaluación objetiva y precisa, ya que se calcula, de una manera mucho más rápida, el porcentaje de superficie dañada del calabacín. Los algoritmos desarrollados por los expertos a partir de fotografías tomadas desde distintos ángulos del producto ofrecen, además, la valoración de diferentes variedades, lo que supone una mayor exactitud en los resultados.
De esta manera, los productores conocerán antes del transporte qué condiciones soportará la mercancía y cómo será su estado al llegar a destino, lo que provocará una planificación de las exportaciones mucho más rigurosa. Así, podrán decidir el tiempo que pueden compartir con el traslado junto a otras hortalizas o qué productos pueden ser compañeros de viaje sin que se vean perjudicados.
Los expertos plantean ampliar el rango del software con otros productos. Actualmente, analizan las posibilidades de conocer el daño por frío en berenjenas, aunque esta hortaliza presenta una dificultad añadida al no mostrar las consecuencias de una baja temperatura en el exterior, sino que es internamente donde se producen las lesiones.
Las investigaciones se han desarrollado con fondos propios del grupo de investigación ‘Electrónica, comunicaciones y Telemedicina’ de la Universidad de Almería y la colaboración de empresas del sector hortofrutícola del campo almeriense.
Referencia bibliográfica:
Nuria Novas, José Antonio Álvarez Bermejo, Juan Luis Valenzuela, José Antonio Gázquez y Manzano Agugliaro, Francisco Rogelio. ‘Development of a smartphone application for assessment of chilling injuries in zucchini’. Biosystems Engineering. 2019