La enfermedad hemorrágica del conejo es una hepatitis vírica fulminante, común en los ejemplares europeos, que suele matar a los individuos en un periodo de entre 36 y 54 horas. Un equipo de investigadores del Instituto de Biomedicina (Ibiomed) de la Universidad de León ha hallado un tratamiento que permite sobrevivir a los animales a esta patología y que, dado su éxito, podría comenzar en breve a probarse en seres humanos.
El fármaco que ha permitido obtener estos resultados es la Cardiotrofina-1, una proteína que, administrada en diferentes dosis (cuatro cada seis horas), ha logrado que los animales sobrevivan. Para probar sus efectos beneficiosos, los científicos inyectaban el virus en los conejos, tras lo que esperaban 12 horas para someterlos al tratamiento. El resultado era “espectacular”, pues mientras los individuos que no habían sido tratados morían a las pocas horas de ser infectados por el virus, siete de cada diez conejos tratados con Cardiotrofina-1 se mantenían con vida, ha explicado a DiCYT María Jesús Tuñón, coordinadora de la investigación.
Esta enfermedad, que sólo afecta a conejos europeos y de la que no se ha documentado ningún caso de transmisión de animal a hombre, provoca que el hígado pierda la capacidad de eliminar las sustancias tóxicas del organismo (produce la necrosis de las células hepáticas), lo que hace que éstas lleguen irremediablamente al sistema nervioso central y, por ende, el animal sufra encefalopatía, entre en coma y muera a las pocas horas.
Con la Cardiotrofina-1, aunque también se observan una serie de daños en el organismo, como un incremento de las transaminasas, la mayoría de los conejos evita la rápida muerte. Es más, Tuñón incide en que el fármaco “incrementa la expresión de muchos factores de crecimiento, muy importantes para que el hígado se regenere”.
Resultados positivos
El tratamiento ha conseguido unos resultados tan positivos que podría ser susceptible de probarse en humanos, tanto para tratar el mismo síndrome como para los individuos que estén esperando un trasplante de hígado. “Aunque la Cardiotrofina-1 sólo se emplease para ampliar el tiempo hasta la muerte, ese periodo podría ser fundamental para esperar la llegada de un órgano adecuado para el paciente”, ha apuntado la investigadora.
Además de la efectividad del fármaco, el equipo ha descrito una serie de mecanismos moleculares que ocurren en el fallo hepático, hasta la fecha no descubiertos, que se asocian a la proliferación del daño en el hígado una vez contraida la enfermedad.
Realizada conjuntamente con el Centro de Investigación Médica Aplicada de Navarra (CIMA), en el ámbito del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBERehd), la investigación se publicará en breve en la revista Journal of Virology.
Enfermedad en los seres humanos
El fallo hepático fulminante es una patología que también afecta a los seres humanos, aunque no de una forma tan frecuente como en los conejos. No obstante, cada vez se detectan más casos de hepatitis crónica, que en algunos pacientes y sin que se sepa con certeza el porqué, desemboca en un fallo hepático fulminante.
Aunque el fatal resultado tarda más días en producirse en los hombres, el proceso es similar, ya que tiene lugar un gran incremento de las transaminasas (unas enzimas encargadas, entre otras cosas, de transformar sustancias) y una pérdida de funciones del hígado. Esto desencadena un trastorno metabólico completo y afecta a la coagulación de la sangre. Al perder el hígado su función, no “filtra” las sustancias tóxicas, por lo que éstas llegan al sistema nervioso central, se produce una encefalopatía, el coma y la muerte.