Un gran escáner en 3D detectará sustancias peligrosas en los puertos

Una empresa salmantina está desarrollando un gran escáner en tres dimensiones pensado para detectar sustancias peligrosas en los contenedores que transportan mercancías en los puertos y en las grandes cargas aéreas. Basado en un sistema similar al de las tomografías que se realizan en medicina, ya está listo el primer escáner en tres dimensiones de un tamaño que permita analizar un camión entero con su contenedor incluido.

La tecnología radiológica, patentada en Estados Unidos y comprada por inversores españoles, es similar a la tomografía que se realiza en Medicina.
Un camión pasa por el escáner en forma de noria.

El propio escáner en tres dimensiones es el último eslabón de un sistema que combina esta técnica con el análisis térmico y de radiactividad, una base de datos de sustancias peligrosas y un software que se conectará en tiempo real con el destino.

El proyecto partió de un grupo inversor español que se hizo con una serie de patentes sobre rayos X y detectores radiológicos de la Universidad George Washington. Así crearon una empresa privada que acabó por absorber a la compañía originaria estadounidense y que, en colaboración con una veintena de expertos en física nuclear, óptica, electrónica, robótica, química e ingeniería de la Universidad de Salamanca, está a punto de lanzarse al mercado.
"No existen escáneres capaces de ofrecer una imagen en un palé aéreo de cuatro metros, o un contenedor marítimo que mide 12", explica el director general, Michel Herranz Carnero. "Los que hay son de dos dimensiones y ofrecen algo similar a una radiografía médica, con una fuente de rayos X en un lado y un detector al otro, que realizan una foto de la carga que pasa por el medio. El problema es que cuando hay muchos objetos se superponen en una imagen plana", afirma.

La idea es desarrollar un aparato similar a un TAC médico de grandes dimensiones, con forma de noria, para que puedan pasar por medio los camiones que llevan los contenedores. "El sistema de lectura de los TAC está basado en un tipo de cristales y una tecnología muy caros, lo que trasladado a un escáner de grandes dimensiones supondría un producto de un coste muy elevado. Sin embargo, las patentes que ha comprado Sentinel incluyen tecnologías de detección de rayos X de muy altas energías, hasta 6 millones de electronvoltios, y técnicas de detección más baratas que las que hay ahora en el mercado", señala.

Base de datos de compuestos peligrosos

En cualquier caso, la función de un escáner normal es ofrecer una imagen tridimensional, pero un explosivo con forma de un objeto normal pasaría desapercibido. Para evitar esto, el sistema cuenta con una base de datos que incluye 1.100 compuestos peligrosos, como explosivos, armas químicas, armas biológicas o tipos de drogas. "Sabemos cuánto absorbe en rayos X cada una de estas sustancias, y con el escáner conoceremos la densidad de cada medio centímetro cúbico, lo que nos permite identificar el compuesto", apunta Herranz. Con los escáneres de dos dimensiones, esto es imposible, porque los rayos X mezclan densidades. Pero el sistema en forma de noria permite "hacer disparos en todas las direcciones" y así , identificar un compuesto y su posición concreta.

"Esto se hace en medicina desde hace mucho tiempo, un TAC es capaz de ver un tumor en el hígado porque lo identifica como una estructura distinta, formada por un compuesto y una densidad diferentes", explica el director general. En este caso, el programa también es capaz de eliminar otros materiales, como madera o plástico, para ver sólo las sustancias peligrosas, y de forma automática, sin que una persona esté pendiente de una pantalla.

Toda la tecnología del primer prototipo, incluyendo detectores, mecánica y software, se ha desarrollado en Salamanca y ya ha pasado las primeras pruebas en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat) de Madrid.

Fuente: DiCYT
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