El físico José Moreno, profesor de la Universitad de Valencia, va a liderar la misión Fluorescence Explorer (FLEX), que la Agencia Espacial Europea lanzará en 2022. Su objetivo es monitorizar la vegetación y comprender mejor el intercambio de carbono durante la actividad fotosintética, un aspecto crucial para el estudio del cambio climático.
La Agencia Espacial Europea (ESA) se ha propuesto monitorizar con la misión Fluorescence Explorer (FLEX, explorador de la fluorescencia) la salud de la vegetación de nuestro planeta. Para ello medirá desde el espacio el débil brillo que emiten las plantas cuando transforman la luz solar y el dióxido de carbono en energía.
Conocer la salud y el estrés de la vegetación de nuestro planeta es fundamental, ya que el continuo aumento de la población impone una demanda cada vez mayor en la agricultura y la ganadería. Tras un riguroso proceso de selección, este satélite será el octavo miembro de la familia Earth Explorer de la ESA, y se pondrá en órbita en el año 2022.
El físico español José Moreno, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del Image Processing Laboratory (IPL), liderará esta misión. La decisión ha sido adoptada este miércoles en París por los Estados Miembros de la ESA reunidos en el comité de observación de la Tierra y siguiendo la recomendación de una comisión de expertos internacionales. El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) español ha promocionado la propuesta.
FLEX monitorizará la salud de las plantas y ayudará a comprender mejor el intercambio de carbono entre la atmósfera y la vegetación, así como el papel que juega la fotosíntesis en los ciclos del agua y del carbono.
La conversión del dióxido de carbono atmosférico y la luz solar en energía, y su posterior almacenamiento en forma de carbohidratos, es uno de los procesos más importantes de la Tierra – del que todos dependemos. Aunque la mayoría haya oído hablar de la fotosíntesis, este proceso está formado por una cadena de reacciones extremadamente compleja.
Las células de las plantas y las algas tienen dos sistemas diferentes y encadenados para transformar la luz del sol en energía química y calor. Este proceso produce una débil fluorescencia, que depende de las condiciones ambientales y de la salud de la planta.
Un tándem con tándem con Sentinel-3
Hasta ahora no era posible estudiar la actividad fotosintética desde el espacio, pero el innovador instrumento de FLEX será capaz de captar el débil brillo de las plantas. Volará en tándem con uno de los satélites Sentinel-3 del programa Copérnico, aprovechando sus sensores ópticos y térmicos para proporcionar un conjunto integrado de datos.
“FLEX nos ofrecerá nuevos datos sobre la productividad de la vegetación, que se podrán aplicar para mejorar la gestión agraria y desarrollar una bioeconomía sostenible. Esta misión también nos ayudará a comprender mejor nuestro ecosistema”, explica Jan Woerner, Director General de la ESA. “Con la selección de la misión FLEX, los Estados miembro de la ESA han confirmado su determinación a seguir proporcionando información esencial para la comunidad científica, que nos permita comprender mejor nuestro planeta y atender a las necesidades de la sociedad”.
“La selección de FLEX es un importante hito para la familia de misiones Earth Explorer”, añade Volker Liebig, Director de los Programas de Observación de la Tierra de la ESA. “FLEX nos ayudará a comprender mejor una parte muy importante del ciclo del carbono, y monitorizará la salud y el estrés de la vegetación de nuestro planeta; y gracias a esto, podría realizar una contribución esencial, ayudándonos a resolver cómo alimentar a la creciente población del planeta”.
La información obtenida se complementará con los datos aportados por los instrumentos del satélite Sentinel-3 denominados OLCI (Ocean and Land Colour Instrument) y SLSTR (Sea and Land Surface Termperature Radiometer), que medirán parámetros relativos a la temperatura y color de la superficie terrestre.
El coste de la misión rondará los 320 millones de euros.
La familia de misiones Earth Explorer de la ESA se basa en la excelencia tecnológica de Europa para sacar el máximo provecho de las nuevas formas de observar la Tierra desde el espacio, y así ayudarnos a comprender mejor cómo funciona nuestro planeta como sistema, y evaluar el impacto de la actividad humana sobre la naturaleza.
Estas misiones se definen, desarrollan y operan en estrecha colaboración con la comunidad científica, para poder responder a las cuestiones más urgentes de la forma más eficaz posible.
La misión GOCE, ya completada, estudió las variaciones en el campo gravitatorio de la Tierra con unos niveles extremos de precisión y detalle. Las tres misiones actualmente en órbita están ayudando a comprender mejor la criósfera, la humedad del suelo y la salinidad de los océanos, y el campo magnético. Las futuras misiones estudiarán los vientos, la biomasa y el papel que juegan las nubes y los aerosoles en el balance de radiación de la Tierra.