Tras la explosión del pasado mes de abril, este sábado está previsto que la compañía SpaceX lance desde Texas (EE UU) el cohete más potente que ha volado nunca. La NASA y otras agencias espaciales estarán muy pendientes de este vuelo de prueba, ya que es la nave que llevará astronautas en próximas misiones a la Luna.
La compañía privada aeroespacial SpaceX ha aplazado hasta este sábado el despegue de su poderoso sistema de lanzamiento y nave Starship, el más grande del mundo, tras suspender el primer test de vuelo previsto para este viernes en Texas (EE UU) para "reemplazar un actuador de aleta de rejilla".
SpaceX anunció anoche por X (antes Twitter) y su página web que tiene previsto el lanzamiento a partir de las 7:00 hora local del sábado, con una ventana de dos horas.
We need to replace a grid fin actuator, so launch is postponed to Saturday
— Elon Musk (@elonmusk) November 16, 2023
La Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés) de EE UU había autorizado esta semana el lanzamiento el viernes del supercohete al considerar que SpaceX cumplía con todos los requisitos de seguridad, medio ambiente, políticas y responsabilidad financiera.
El Starship despegará este sábado, si todo sale bien, desde las instalaciones de SpaceX en la localidad de Boca Chica, en el extremo sur de Texas (EE.UU.), y lo hará propulsado por la primera etapa del cohete, el lanzador Super Heavy de 33 motores Raptor. La propia nave Starship y su propulsor Super Heavy –el más potente de la historia– están totalmente integrados.
Se prevé que la nave, que junto con el cohete propulsor mide 121 metros de altura (equivalente a más de 35 pisos), alcance su órbita y de una vuelta casi completa al planeta para culminar su trayecto en aguas del Océano Pacífico, cerca de Hawái.
La firma ha hecho algunas mejoras, entre ellas una relacionada con el proceso de separación y por el que la segunda etapa, la propia nave Starship, encenderá sus motores durante el mismo proceso de separación, y no después, en aras de conseguir más potencia.
Esquema del vuelo de prueba de Starship. / SpaceX
Se han hecho cambios también en la plataforma de lanzamiento de Starbase, en Texas, para mitigar los efectos de los motores de la primera etapa, y que constituye uno de los aspectos analizados por la FAA tras la primera prueba efectuada el 20 de abril. En aquella ocasión, la compañía SpaceX lanzó con éxito su nave y cohete, el más grande y potente jamás construido, pero estalló antes de completar la trayectoria prevista.
La agencia espacial estadounidense se halla muy pendiente de los resultados de este nuevo vuelo de prueba, en vista de que el sistema Starship será el responsable de llevar a los astronautas de la misión tripulada Artemis III a la superficie lunar, un viaje contemplado en principio para el año 2025.
El programa Artemis, con el que la NASA retornará al satélite terrestre al cabo de más de 50 años, cuenta con el cohete lanzador Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, en inglés) y la cápsula Orión, que ya fueron probados en la misión no tripulada Artemis I, la cual entre noviembre y diciembre de 2022 orbitó la Luna y luego regresó a la Tierra.
De acuerdo con algunos medios especializados, la agencia espacial estadounidense, que se halla en una carrera con China que tiene a la Luna como meta, ha desembolsado unos 4.000 millones de dólares (3.600 millones de euros) en el desarrollo del Starship.
Según SpaceX, su objetivo es "construir un sistema de transporte totalmente reutilizable capaz de transportar tanto tripulación como carga a la órbita terrestre, ayudar a la humanidad a regresar a la Luna y, en última instancia, viajar a Marte y más allá".
Fotografía de archivo que muestra el despegue del cohete con Starship. / EFE/Abrahan Pineda-Jacome