Un investigador asturiano en el Instituto de Ganadería de Montaña del CSIC en León ha conseguido aumentar de forma natural la concentración en leche de oveja de un compuesto beneficioso para la salud. Se trata del ácido linoleico conjugado o CLA, que evita la proliferación de ciertos tumores. Uno de sus últimos trabajos en esta línea se ha llevado el IX Premio Cristóbal de la Puerta, galardón que concede una revista nacional de ganadería para reconocer los artículos de mayor interés.
A esta leche aún le queda camino por recorrer antes de llegar al mercado, pero los resultados de la investigación son prometedores: entre las propiedades del CLA también destacan que combate la obstrucción arterial y regula el sistema inmune, además de actuar como antidiabético. “Con este trabajo hemos conseguido determinar cómo alimentar a los animales de la forma más adecuada para aumentar hasta en un 400% la concentración de este compuesto en leche de oveja, que de por sí es más rica en CLA que otras leches”, afirma Pablo Gutiérrez Toral, investigador predoctoral asturiano que ha desarrollado el trabajo.
Gutiérrez Toral, junto con Pilar Frutos y Gonzalo Hervás, científicos del Instituto de Ganadería de Montaña que codirigen su tesis doctoral, proponen varias vías para suplementar la dieta de las ovejas y conseguir aumentar la concentración de CLA sin alterar el sabor de la leche ni otras cualidades sensoriales. La que ha merecido el premio nacional y será publicada próximamente en una revista de impacto científico internacional, avanzan los investigadores, consiste en una combinación de un 2% de aceite de girasol y un 1% de aceite de pescado.
Esta combinación produce una serie de cambios en la composición de la leche: además de multiplicar por cuatro la cantidad de CLA, reduce la cantidad de grasa. “También se mejora la relación entre los ácidos grasos omega-6 y omega-3, principal causa de las propiedades beneficiosas de estos compuestos y que es más determinante que su cantidad bruta”, afirma Gutiérrez Toral.
El estudio forma parte de un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación en el que trabajan conjuntamente investigadores del Instituto del Frío del CSIC.
La vía más efectiva
Otro método que acaban de probar los investigadores consiste en complementar la dieta de los animales con aceite de girasol y microalgas marinas. “Después de haber observado que de esta manera la concentración de CLA aumenta casi en un 700%, estamos redactando el artículo científico correspondiente”, avanza Gutiérrez Toral.
La principal desventaja de esta opción es el elevado precio de las microalgas, señala. Por eso, la combinación de aceites de girasol y de pescado actualmente es más aplicable al proceso productivo, aunque aún queda un escollo por superar: la legislación.
Algunas precauciones
Respecto a la actual prohibición de utilizar aceite de pescado en la alimentación de los rumiantes, Gutiérrez Toral afirma: “La legislación es, en este sentido, especialmente restrictiva. No obstante, teniendo en cuenta los beneficios para la salud que hemos detectado, y siempre y cuando la alimentación de los animales se establezca de forma científica, consideramos que estudios de este tipo son positivos porque pueden fundamentar una futura modificación de la Ley.” En este sentido, el investigador destaca que el aceite de pescado no contiene proteínas de la misma especie, origen de problemas sanitarios en el pasado, sino que lo que aporta son grasas exclusivamente.
El investigador es precavido a la hora de valorar el aumento en el contenido de algunos ácidos grasos trans-saturados: “aún es necesario acometer más investigaciones acerca del efecto de estos ácidos grasos para la salud del consumidor, aunque estamos trabajando para ajustar las dosis de aceite y evitar con ello este posible inconveniente.”
El trabajo de Gutiérrez Toral entra ahora en una nueva fase: estudiará en el TEAGASC (la Autoridad Irlandesa para el Desarrollo Agroalimentario) las bacterias intestinales productoras de CLA.
La mejora de la leche de oveja (de uso mayoritariamente quesero) a través de la alimentación es un campo poco conocido, puesto que la leche de vaca ha concentrado hasta ahora la mayor parte de los esfuerzos de investigación.
Sobre el investigador
Gutiérrez Toral, natural de Blimea (Asturias), estudió Veterinaria en León, donde recibió el premio de fin de carrera y el premio de licenciatura al mejor expediente de su facultad. También ha recibido formación en el organismo nacional de investigación agroalimentaria de Finlandia. Previamente hizo prácticas formativas en el IPLA-CSIC, el Instituto de Productos Lácteos de Asturias. Espera leer su tesis la próxima primavera.