Un estudio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) sobre formación en violencia de género en universitarios concluye que tienen los mismos mitos y creencias que el resto de la población. El equipo de investigación reivindica programas de formación específicos en estos centros de estudio.
“Esta investigación forma parte de un estudio que realizamos sobre formación del alumnado universitario en violencia de género. La muestra la recogimos en nuestra propia universidad, a partir de un cuestionario, y lo que observamos es que los universitarios tienen las mismas creencias que la población general sobre este problema social”, declara a SINC Victoria Ferrer, investigadora de la UIB y autora principal del estudio.
La muestra estuvo integrada por 1.395 estudiantes (33,7% varones y 64,4% mujeres –el 1,9% restante no lo indicó–) de la UIB. La edad media fue de 23 años. “Analizamos los factores predictivos que diferencian al alumnado universitario que ha cursado asignaturas con contenidos de violencia de género de aquel que no las ha cursado”, apunta la investigadora.
Entre las variables predictivas sobre el interés en este campo están la educación previa, la percepción de la frecuencia y causas del problema, las creencias en torno a él y factores sociodemográficos. Además, existen diferencias según el género.
El perfil del alumnado que participó en la encuesta era de nivel económico medio, con dedicación exclusiva al estudio. La mayoría habían recibido en casa una educación de género igualitaria en lo relativo a libertad de horarios y a continuar con los estudios, pero en la que, sin embargo, las tareas del hogar recaían en mayor medida sobre las chicas.
“Del total de encuestados, tan solo un 28% había cursado asignaturas con contenidos relativos a violencia de género. De estos, un 81,3% eran mujeres y un 18,7% varones (el 1,8% restante no lo indicó)”, explica la investigación.
Enfermedad mental, considerada causa principal del maltrato
Respecto a la frecuencia y causas de la violencia de género, la mayoría del alumnado considera que este problema es, en general, bastante o muy frecuente en España, particularmente los abusos psicológicos, las restricciones de libertad, las amenazas y los abusos físicos –y algo menos los abusos sexuales –.
La mayoría del alumnado considera como bastante o muy responsable de esta violencia el abuso de alcohol o drogas, la enfermedad mental, los antecedentes de maltrato, la consideración social de las mujeres, el reparto del poder entre mujeres y hombres, el bajo nivel cultural o el paro.
“Asimismo, consideran que las leyes para castigar esta violencia y la protección y ayuda que reciben las mujeres que la padecen son insuficientes”, añade Ferrer.
Finalmente, en lo que se refiere a actividades del alumnado en relación a la violencia de género, la mayoría no había asistido a formación previa, ni realizado actividades de voluntariado, ni manejado literatura especializada relacionada con violencia contra las mujeres, pero sí había seguido las noticias sobre el tema.
“Estos resultados nos sirven para argumentar la necesidad de incorporar formación sobre esta cuestión en los nuevos planes de estudio que se elaboren en las universidades. De hecho, en la legislación vigente ya se solicita su inclusión”, concluye Ferrer.
Referencia bibliográfica:
Victoria A. Ferrer Pérez, Esperanza Bosch Fiol y Capilla Navarro Guzmán. “La violencia de género en la formación universitaria: análisis de factores predictores”. Anales de psicología 27(2): 435-446, mayo 2011.
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