Desde principios de octubre, el servicio de Neonatología del Hospital Clínic de Barcelona abre sus puertas las 24 horas del día a familiares que pueden ayudar y contribuir a un mejor desarrollo de los bebés prematuros. El objetivo es potenciar el vínculo entre los neonatos y las personas de su entorno más cercano, y obtener resultados más favorables en el desarrollo neurológico del bebé.
Interactuar con los bebés prematuros en todo momento favorece su bienestar y mejora el desarrollo neurológico, evitando a largo plazo posibles secuelas tras haber nacido antes de tiempo. Ésta es la base sobre la que se sustenta la iniciativa liderada por Francesc Botet, neonatólogo del Hospital Clínic de Barcelona, y Ángela Arranz, enfermera del mismo servicio, integrado en el Instituto Clínico de Ginecología, Obstetricia y Neonatología del centro catalán.
Gracias a esta iniciativa, enmarcada en los programas de atención individualizada para el desarrollo neonatal, el centro catalán se sitúa al frente de la humanización de la asistencia médica en recién nacidos.
El objetivo es dar un paso más allá en este tipo de asistencia e implicar a los familiares más directos –no sólo padres- en el programa de evaluación y atención individualizada para el desarrollo neonatal, un programa que suelen desarrollar las unidades de prematuros de algunos los hospitales.
Cuando nace un niño prematuro -es decir, antes de la semana 37 de gestación-, los servicios de neonatología de los hospitales implantan un programa de atención individualizada para cada caso, sobre todo, en aquellos bebés cuya estancia en el hospital se prevé más prolongada. Este programa incluye una serie de cuidados que mejoran la evolución del niño, pues se trata de evitar que sufran secuelas futuras y garantizar en lo posible la madurez de todos sus órganos y tejidos.
En esta línea, el equipo del Clínic, que participa en un proyecto estatal para humanizar más la asistencia neonatal, propone la implicación de las familias y personas cercanas al bebé en todo el proceso. La iniciativa incluye a las madres, padres, y otros familiares directos en la asistencia del recién nacido.
El papel de la enfermería en la formación de los familiares
La implantación de esta iniciativa supone nuevas formas de trabajar, especialmente en el equipo de enfermería, pues es el colectivo que interactúa más directamente con los familiares al frente de los cuidados del prematuro. Así se establece una relación más estrecha en la que el personal sanitario informa y forma a los familiares acerca de los cuidados y pautas a seguir en cada caso, generando sinergias que favorecen la interacción constante entre los bebés y las personas de su entorno más cercano.
Las madres y padres, además de ayudar en la alimentación y la higiene de los bebés, apoyan durante la realización de ciertas técnicas, como extracción de analíticas o colocación de vías, actuando como tranquilizadores de sus hijos. En este programa es de especial interés acompañar a los hijos cuando manifiestan intención de interactuar, en el momento de dormir o en otras ocasiones aliviando su estrés.
Para ello, a las madres, padres y familiares se les enseña cuáles son los signos de bienestar y cuáles indican agotamiento. Pero los familiares tienen un papel especialmente importante en los bebés más pequeños, que permanecen en el hospital más tiempo hasta que alcancen una madurez que les permita irse a casa.
Esta iniciativa también es importante en el caso de los gemelos, ya que los padres acumulan el doble de trabajo. En ambas situaciones el esfuerzo y la tensión emocional conduce a los padres al agotamiento. Por este motivo, el servicio ha apostado por implicar a terceras personas en el proceso, y ha editado un folleto informativo donde se explica la importancia de esta posibilidad, para que los padres puedan incluir, si lo desean, a los abuelos u otras personas en las curas de su bebé prematuro.
La importancia de las condiciones ambientales en los cuidados
Otro aspecto importante para el bienestar y desarrollo de los bebés es controlar la intensidad de la luz y el ruido ambiental de las unidades de prematuros. El servicio de neonatología del Clínic dispone de un sonómetro dentro de la unidad para modular el ruido, tomando como criterio ideal de bienestar del bebé 45 decibelios por la noche, y 55 por el día. De la misma forma, el control de la luz es un elemento a tener en cuenta dentro de las salas, pues hay que ajustarla a las necesidades de cada niño para respetar los ciclos de sueño y vigilia y proteger los ojos ante intensidades excesivas. Por la noche la unidad dispone de luces de observación que se adaptan a la visión del prematuro sin ocasionar daños.
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