Los resultados del estudio, el primero de este tipo, se presentan hoy en la reunión anual de la Asociación Estadounidense del Corazón en Orlando (EE UU).
Los pacientes con enfermedad cardiaca coronaria que practicaron una técnica de meditación trascendental reductora del estrés presentaron unas tasas de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y muerte casi un 50% más bajas que las de los pacientes control que no practicaron dicha meditación, según los resultados del primer estudio de este tipo, que se presenta hoy en la reunión anual de la Asociación Estadounidense del Corazón.
El ensayo, financiado con 3.800 millones de dólares por los Institutos Nacionales de Salud, y el Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre, ha durado nueve años, durante los cuales se ha realizado un seguimiento a 201 hombres y mujeres afroamericanos con estrechamiento de las arterias cardiacas y de una media de edad de 59 años, que fueron asignados al azar a un grupo que practicó la técnica reductora del estrés de meditación trascendental o a un grupo control que recibió clases de educación para la salud sobre factores de riesgo típicos en las que se trataron la modificación de la dieta y el ejercicio.
Todos los participantes continuaron con la medicación establecida y el resto de atenciones sanitarias habituales.
Con los datos en la mano, los investigadores han encontrado una reducción del 47% en la combinación de muerte, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular en los participantes, así como una reducción clínicamente significativa (de 5 mm Hg como promedio) de la presión arterial, y del estrés psicológico.
Según Robert Schneider, autor principal y director del Centro de Medicina Natural y Prevención, “las anteriores investigaciones sobre meditación han mostrado reducciones de la presión arterial, el estrés psicológico y otros factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, independientemente de la etnia. Pero este es el primer ensayo clínico controlado que demuestra que la práctica prolongada de este programa concreto de reducción del estrés reduce la incidencia de los acontecimientos cardiovasculares clínicos, es decir, los infartos de miocardio, los accidentes cerebrovasculares y la mortalidad”.
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