La investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) María Blasco presentó en Salamanca sus investigaciones acerca de la telomerasa, enzima que aumenta la inmortalidad de las células y la longevidad de los individuos, y su importancia en las células madre pluripotentes inducidas, un hallazgo del japonés Shinya Yamanaka que deja obsoleto el proceso de clonación. Un reciente trabajo de su equipo de investigación publicado en la revista científica internacional Cell Strem Cell muestra que el proceso de creación de una célula madre inducida no se puede completar si existe un déficit de telomerasa.
Blasco, que ofreció una conferencia en el Centro Internacional del Cáncer, indicó a DiCYT que el papel de la telomerasa es de fomentar "la longevidad de las células, ya sean sanas, o pretumorales, por lo que no se le puede considerar cancerígena en sí misma". Esta enzima tiene su actividad en los telómeros, los extremos de los cromosomas formados por bases de ADN (ácido desorribonucleico) repetitivo y protenias asociadas denominadas telosomas. Por ello, si actúa sobre células sanas, aplaza su envejecimiento y el del organismo. Aunque tiene un reverso tenebroso en las células tumorales, ya que acentúa el proceso de inmortalidad que causa el cáncer.
En un trabajo reciente, publicado el año pasado en la revista Cell, Blasco logró prolongar la vida de ratones transgénicos en un 40%, "casi el récord", a través del trabajo con la telomerasa. Para evitar los efectos beneficiosos que también reporta la enzima a las células tumorales, el equipo investigador del CNIO utilizó los genes supresores de tumores p53, p16 y p19A. "Estos genes funcionan como basureros de células con oncogenes o células dañadas en el organismo", simplificó la científica. Su investigación abre nuevas vías al uso de forma conjunta de fármacos que activan la telomerasa y activen estos genes de forma conjunta, ya que actualmente se utilizan de forma independiente.
La activación de la telomerasa es una clave molecular tanto en los procesos de alargamiento de la vida celular y, por lo tanto, de la propia vida, como su desactivación lo es en los tratamientos contra el cáncer. Sin embargo, Blasco se muestra cauta por los avances clínicos de esta enzima, descubierta por las estadounidenses Elizabeth Blackburn y Carol Greider en 1985: "Para traducir estos avances a la curación de enfermedades, aún falta mucho camino por recorrer". Además del cáncer, la acción de la telomerasa también está presente en síndromes raros de envejecimiento.
Células madre inducidas
Una de las últimas aplicaciones de los estudios de Blasco sobre las telomerasas, iniciados en 1993 en el laboratorio neoyorquino de Carol Greider, han sido en las células madres pluripotentes inducidas de Yamanaka. Estas células madre permite la regeneración de tejidos sin necesidad del uso de embriones, por lo que salva importantes dificultades técnicas y éticas. "Yamanaka ha dejado obsoleta a la oveja Dolly", indica gráficamente la investigadora del CNIO. Su trabajo junto a Rosa Marión y Katerina Strati ha encontrado limitaciones en el proceso de creación de células madre inducidas si existe déficit de telomerasa. Dicho de otro modo, si las células de partida tienen defectos, no pueden producir la programación correctamente, por lo que dejarían de ser pluripotentes y, por lo tanto, útiles para regenerar tejidos. Blasco ha descrito el poceso para salvar esos déficits y llevar a cabo de forma exitosa el proceso de regeneración.
María Blasco (Alicante, 1963) es actualmente directora del Programa de Oncología Molecular del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. Doctora en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de Margarita Salas, ha centrado su labor investigadora en los telómeros y la telomerasa. En 2004 recibió la medalla de oro de la Organización Europea de Biología Molecular y en 2007 el premio Jaime I de Investigación que otorga la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados.