La Agencia Espacial Europea (ESA) ha vuelto a colocar en tándem a los satélites ERS-2 y Envisat, tras el éxito logrado el año pasado con la primera misión conjunta entre las dos naves, según informa la ESA en un comunicado. El objetivo de esta iniciativa es ayudar a mejorar nuestra comprensión del planeta, especialmente de las regiones frías.
Tanto el Envisat, el mayor satélite del medio ambiente jamás construido, como el veterano ERS-2, incorporan los instrumentos del radar de apertura sintética SAR (Synthetic Aperture Radar), que proporcionan imágenes de alta resolución de la superficie de la Tierra. Mediante la combinación de dos o más imágenes de SAR del mismo lugar se pueden detectar las ligeras alteraciones que pueden haberse producido en la superficie de la Tierra.
Esta técnica, conocida como interferometría SAR o InSAR, ha demostrado ser muy útil en algunas aplicaciones como la monitorización de los glaciares, la detección de irregularidades en la superficie terrestre o en la elaboración cartografía del terreno.
Los ingenieros de la ESA realizaron la primera misión SAR tándem entre septiembre de 2007 y febrero de 2008, y uno de los objetivos del proyecto actual, que ha comenzado el 23 de noviembre, es tratar de garantizar que los satélites adquieran los datos de una misma zona con tan sólo 28 minutos de diferencia.
Este intervalo de tiempo tan corto permite detectar los cambios que se producen rápidamente. Así, por ejemplo, se puede estudiar la rápida evolución de los glaciares, que se mueven más de 200 metros al año y pueden desplazarse hasta un centímetro cada 30 minutos. La capacidad de detectar estos pequeños cambios sobre el terreno también permite a los científicos comprender mejor y perfeccionar la calidad de la técnica de la interferometría SAR.
La misión actual, programada para ejecutarse hasta el 27 de enero de 2009, continuará la labor iniciada en la primera misión tándem, en la que se comenzó a estudiar el rápido movimiento de los glaciares, la detección del movimiento de las tierras heladas y establecer “modelos de elevación” para los terrenos planos.
Sobre la base de la primera misión, que proporcionó información precisa sobre la elevación de las regiones planas, los datos de la misión actual también se utilizarán para identificar las fuentes naturales de carbono y los sumideros en las estepas Kazajistán, así como los humedales en las regiones donde se extiende el permafrost.
Para conseguir situar en tándem al Envisat y el ERS-2 los ingenieros de la ESA han tenido que superar numerosos retos tecnológicos hasta diseñar la configuración óptima. Una de las operaciones, por ejemplo, fue retirar en 2001 al ERS-2 la capacidad de ser gobernado por los giroscopios a bordo, unas herramientas de navegación que permiten ahora a los controladores de la misión mantener la correcta posición de los satélites.