Investigan las infecciones graves provocadas por hongos y las vías para combatir dichas infecciones

Los seres humanos sufren con relativa frecuencia de micosis —infecciones provocadas por hongos, como la tiña o los hongos que se contagian en las piscinas— que sólo provocan una molestia o un problema estético, y se pueden tratar de manera eficaz. Un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU ) estudia las micosis graves (candidiasis y aspergilosis), es decir, aquellas que se producen en enfermos inmunodeficientes, y que pueden generar graves problemas médicos e incluso la muerte del paciente.

Investigan las infecciones graves provocadas por hongos y las vías para combatir dichas infecciones
Equipo de Micología Médica. De izquierda a derecha, Cristina Marcos, Elena Eraso y Guillermo Quindós. Faltan en la foto, María Villar e Ilargi Miranda. Fotografía: Lucía Álvarez.

La micología médica estudia la interacción entre los hongos y el ser humano. El equipo de Micología Médica dirigido por Guillermo Quindós, del departamento de Inmunología, Microbiología y Parasitología de la UPV/EHU, estudia las infecciones graves por hongos, como la candidiasis invasora y la aspergilosis invasora, para establecer herramientas eficaces de diagnóstico y tratamiento. Actualmente resulta difícil diagnosticar y tratar eficazmente estas enfermedades, porque no existen las herramientas adecuadas y porque no se conocen bien los mecanismos mediante los cuales los hongos producen los daños.

Las infecciones por hongos en pacientes hospitalizados se transmiten por contacto, por el uso de material médico contaminado—catéteres, agujas, etc.— o por el aire —en el caso de hongos, como el Aspergillus, que se propagan, por ejemplo, mediante los conductos de ventilación—.

Biopelículas fúngicas

Los microorganismos pueden vivir formando poblaciones (denominadas biopelículas) sobre diferentes superficies. El objetivo principal de este grupo de investigación es el estudio de dichas biopelículas, su importancia médica y la forma de eliminarlas. Estas biopelículas, se adhieren al instrumental médico, como catéteres y prótesis, por lo que dicho grupo estudia la adherencia de Candida en distintos materiales.

Las biopelículas son comunidades microbianas, y algunas están formadas por hongos. Una imagen mental adecuada para visualizar las biopelículas es la de una ciudad cubierta por una cúpula: los hongos serían los habitantes de la ciudad, una serie de macromoléculas —hidratos de carbono, proteínas, etc.— formarían la cúpula, y entre ellas quedaría libre una serie de huecos o canales que harían la función de carreteras por las que viajan diferentes tipos de fluidos. Estas ciudades pueden estar habitadas por una sola especie de hongo, por varias especies de hongos —poco frecuente— o por hongos y bacterias —muy frecuente en la boca—.

El grupo investigador de Micología Médica ha observado que en las biopelículas compuestas por hongos y bacterias, ambas tienden a ayudarse. El equipo ha tratado con fármacos distintas variedades de biopelículas fúngicas, y ha observado que cuando dicha película está compuesta sólo de hongos el fármaco resulta más eficaz, y que cuando la película está formada de hongos y bacterias el fármaco es menos activo. En el estado actual de la investigación, todavía no está muy claro si esa interacción entre hongo y bacteria crea algún tipo de barrera, si existe alguna sustancia que ayuda en ese proceso, o si se produce otro tipo de circunstancia que hace que los fármacos sean menos efectivos.

Fármacos antifúngicos

Uno de los objetivos del estudio de las biopelículas es el análisis de los fármacos que eliminan dichas biopelículas con mayor efectividad. Se prueban los nuevos antifúngicos en una colección de cerca de 1.000 hongos. Su efectividad se compara aplicándolos, por un lado, en hongos aislados en suspensión líquida —la manera clásica de hacerlo— y, por otro, sobre las biopelículas. En su investigación han podido comprobar que los fármacos de la familia de las equinocandinas (anidulafungina, caspofungina y micafungina) son las más efectivas contra las biopelículas, y que los de la familia de los azoles (voriconazol, por ejemplo) no lo son mucho, ya que no actúan contra la biopelícula ya formada, aunque son de mucha utilidad en los tratamientos preventivos.

A pesar de todo, el fármaco que vaya a ser utilizado en el tratamiento depende mucho de la situación particular de cada paciente. Con este estudio se pretende dar a los profesionales médicos datos suficientes para sopesar las ventajas y desventajas de diferentes antifúngicos y poder elegir el tratamiento más adecuado en cada caso.

Fuente: UPV/EHU
Derechos: Copyright

Solo para medios:

Si eres periodista y quieres el contacto con los investigadores, regístrate en SINC como periodista.

Artículos relacionados