Ana Belén Marín Arroyo, investigadora del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC), de la Universidad de Cantabria, desarrollará un trabajo de análisis clave para el estudio de las causas de la extinción de los neandertales.
El encargo recibido implica custodiar y analizar los restos óseos de fauna localizados en Salitrena Pecina (la “Cueva del salitre”), que es uno de los principales yacimientos paleolíticos de la República de Serbia.
La cavidad se ubica en un lugar estratégico para entender cómo se produjo la colonización europea por parte de los humanos modernos y su relación con la extinción de los neandertales. El equipo del Museo Nacional de Belgrado que trabaja en esta localización, en colaboración con otros expertos internacionales y dirigidos por la investigadora Bojana Mihailovic, ha excavado una gran cantidad de restos de fauna que estaban pendientes de un estudio especializado.
Ana Belén Marín Arroyo es una investigadora del Programa "Ramón y Cajal" recientemente incorporada al IIIPC desde la Universidad de Cambridge, donde inició sus trabajos sobre el yacimiento serbio. Para ello realizó varias estancias de estudio en el Museo Nacional en Belgrado, financiadas por la British Academy y el McDonald Institute for Archaeological Research de Cambridge.
Ahora, esta entidad ha enviado los huesos de la fauna de Salitrena a Cantabria, donde el Instituto cuenta con equipos especializados de microscopía que facilitarán la observación de las colecciones. Así, a través de este proyecto conjunto de investigación, que se desarrollará hasta finales de 2013, se garantiza un estudio en las mejores condiciones.
Los Balcanes son considerados la puerta de entrada a Europa de las primeras poblaciones de humanos anatómicamente modernos procedentes de Oriente Próximo a través del importante corredor fluvial del Danubio.
Los grupos neandertales que habitaban esta región fueron, por tanto, los primeros en entrar en contacto con la nueva especie colonizadora, pudiéndose haber replegado hacia las zonas montañosas de los valles laterales, donde se localiza el yacimiento, en busca de nuevos territorios de caza. En consecuencia, el registro faunístico de Salitrena es una evidencia excepcional de la capacidad de adaptación de los Neandertales a estas nuevas condiciones bióticas y geográficas y del efecto que éstas pudieron tener su desaparición final.
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