Investigadores andaluces participan en el lanzamiento de una cápsula a Marte en 2011 para profundizar en las condiciones atmosféricas de su superficie. Uno de los objetivos de Mars MetNet Precursor Mission es aportar una mayor información sobre modelos meteorológicos y físicos en el planeta rojo para una mejor preparación de futuras misiones tripuladas.
La Universidad de Sevilla y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) son los representantes andaluces en este proyecto espacial, coordinado por Ari-Matti Harri, del Instituto Finés de Meteorología, y que ha sido dotado con 30 millones de euros. Los investigadores de la Hispalense trabajan en el diseño de la microelectrónica y modelos de transmisión de datos. En concreto, el grupo coordinado por Servando Espejo realizará el diseño y testado de dos circuitos integrados específicos, llamados ASICS, que contienen la electrónica de control de un magnetómetro y de unos sensores para comunicaciones que irán a bordo de la misión.
Por otro lado, los científicos del IAA-CSIC, coordinados por Miguel Ángel López Valverde, interpretarán estas informaciones para realizar modelos climáticos más aproximados. "Prepararemos las herramientas de análisis de los datos que se tomen y la interpretación geofísica de los mismos. Digamos que nuestra misión viene al final del todo, tras construirse los instrumentos, lanzarse la sonda, amartizar con éxito, y comenzar a medir", aclara el investigador granadino.
El consorcio internacional ya ha estudiado 19 posibilidades para el amartizaje de la cápsula. La sonda, que se lanzará como carga secundaria de la misión rusa Phobos Sample Return a finales de 2011, está previsto que llegue al planeta rojo un año después para situarse sobre su superficie.
La participación española -CSIC, INTA, Universidad Complutense de Madrid y Carlos III- pondrá sobre la superficie marciana un magnetómetro, que permitirá muestrear el campo magnético terrestre, y un sensor de irradiancia solar, que medirá las regiones visible, ultravioleta e infrarroja. Un enlace de comunicaciones ópticas inalámbricas y un sistema barredor con un sensor de polvo depositado completan la aportación española a este proyecto trilateral.
En total, son 135 gramos de carga útil tecnológica, que representan el 20% del peso de toda la instalación, y que servirán, por ejemplo, para investigar la concentración de ozono y vapor de agua en la atmósfera o realizar mediciones in situ del campo magnético.
Con la experiencia de este primer lanzamiento, los responsables del proyecto esperan enviar una segunda sonda, que llegaría a Marte en 2015, y sumar a "medio plazo" otras dieciséis cápsulas.
Se espera que los datos obtenidos "arrojen luz" sobre la estructura y la composición internas de Marte, "inaccesibles" hasta ahora por las características del planeta rojo. Los datos serán enviados a las estaciones de espacio profundo de Robledo de Chavela (Madrid) y de Cebreros (Ávila).
“Europa está mirando con perspectiva a Marte. Sin embargo, los americanos nos llevan mucha ventaja. Prácticamente todas las informaciones y datos que provienen de Marte nos llegan gracias a sus misiones, asegura Lopez Valverde, experto en atmósfera planetaria.
Para López Valverde, estas misiones supondrán -entre otros hitos- "llegar a poner en la superficie de Marte un conjunto de estaciones meteorológicas que midan de forma automática variables clave, como velocidad del viento y temperatura, en varios puntos del planeta y simultáneamente", aclara.
Un paso decisivo
Para Héctor Guerrero, investigador del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y uno de los responsables españoles del proyecto, “se trata de un paso decisivo para facilitar en el futuro vuelos tripulados a Marte".
Es, ha considerado el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid Luis Vázquez, una "misión complicada" porque "la atmósfera es tenue, cambia constantemente y los cálculos suelen fallar".
Para el máximo responsable de la misión, se trata de una misión de "bajo coste" con la que España se ha sumado con cinco millones de euros.
Cualquier viaje tripulado a Marte tendría que permanecer en el planeta rojo más de dos años, pues la Tierra, el Sol y Marte se ponen en oposición cada 26 meses y son "las ventanas para viajar", según Vázquez.
Para Vázquez, la investigación espacial en Marte es una "carrera de fondo", que animará la investigación, porque "la sociedad española, a diferencia de lo que sucede en otros países, aún no ve héroes en sus científicos".