Ingenia, control de motores eléctricos con precisión total

¿Qué tienen en común un robot, un avión no tripulado, una máquina que corta el cristal de unas gafas, una antena espacial o el material científico de un laboratorio? Todos estos artilugios contienen motores que requieren un control preciso.

Agustí Martí, Roger Juanpere, Marc Vila y Albert Torné, fundadores de Ingenia
Agustí Martí, Roger Juanpere, Marc Vila y Albert Torné, fundadores de Ingenia

De afición a negocio. Al frente de Ingenia hay un equipo de ingenieros de la UPC, tres especializados en telecomunicaciones de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Telecomunicación de Barcelona (ETSETB) y un ingeniero industrial de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona (ETSEIB).La afición por los robots les hizo ganar diversos concursos de robótica mientras estudiaban en la Universidad, pero esta pasión se ha convertido en su profesión. Ingenia es una empresa especializada en la concepción, el diseño y el desarrollo de productos para el control de motores eléctricos. "Hacemos la placa electrónica que controla el motor, pero también nos encargamos de la programación que contiene y de la aplicación que la gestiona desde el ordenador", explica Marc Vila, uno de los cuatro socios fundadores.

Las placas electrónicas de Ingenia se utilizan en motores eléctricos que tienen una potencia baja-media, no superan los cinco kilovatios y necesitan buenos resultados en cuanto a eficiencia energética. Pero lo que los clientes buscan sobre todo es controlar el motor con precisión.

"Nuestras placas están integradas en robots humanoides" afirma Vila. La empresa también ha incorporado estas placas vehículos autoguiados, la mayoría aviones no tripulados, que llevan cámaras para captar imágenes y que necesitan una gran precisión para enfocar y encuadrar bien.

Y éstas no son las únicas aplicaciones. Ingenia también participa en otros sectores. En el campo cientificotécnico, a través de aparatos de laboratorio que funcionan con diversos motores, y en el industrial, con maquinaria de control numérico, es decir, que opera con exactitud micrométrica. Un ejemplo de ello son las máquinas que cortan los cristales de las gafas y las que cortan la chapa de la puerta de un coche.

Además del primer robot humanoide europeo, Ingenia también ha colaborado en otro proyecto de tecnología punta. La Agencia Espacial Europea buscaba una manera de poder mantener bien la posición de las antenas que enfocan hacia los satélites. "Son antenas directivas, que emiten con más intensidad hacia una dirección concreta. Lo más importante es que el motor mantenga muy bien la posición de la antena y que si se levanta una ráfaga fuerte de viento no se mueva", añade Marc Vila.

Él mismo explica que las aplicaciones, los productos y los servicios de Ingenia se dirigen sobre todo a empresas pequeñas dedicadas a la investigación, muy punteras tecnológicamente: "Buscamos series pequeñas, de poca tirada y prototipos, porque nuestro mercado no es de gran consumo".

Un sueño, una empresa
Llegar donde están ahora no ha sido fácil. Antes de fundar Ingenia, cada uno de ellos trabajó en otras empresas. "En realidad nunca abandonamos la idea de crear una empresa propia. La etapa en la que participábamos en los concursos de robótica nos dio el empuje que necesitábamos y, unos años más tarde, expusimos todas las ideas que teníamos en la cabeza, vimos que podían ser un negocio y nos lanzamos a la piscina", dice Vila.

Este ingeniero reconoce que conseguir la financiación ha sido difícil. "Por el modelo de negocio, no hacemos un producto de gran consumo. O la Administración te ayuda o te hundes. A veces arrancar este tipo de actividades se convierte en un motor, porque salen muchas otras que sí que acaban siendo de gran consumo, que generan muchos puestos de trabajo y que hacen que el país avance tecnológicamente. Somos conscientes de que no generaremos un volumen de negocios espectacular y que no daremos trabajo a muchas personas, pero cuando haces investigación e innovación se trata precisamente de eso, abres caminos que después generan trabajo y negocio."

Ahora, estos emprendedores ya buscan abrir nuevos caminos. Están mejorando la placa electrónica estándar de control de motores eléctricos a partir de las sugerencias de los propios clientes. De aquí a un año y medio prevén sacar una nueva versión al mercado.

Ficha:

Título: Ingenia Responde
Quién: Marc Vila
Cuándo: 2005
Qué: concepción, diseño y desarrollo de productos para el control de motores eléctricos
Dónde: diseñado y fabricado en Barcelona
Para quién: robótica de servicios, aplicaciones espaciales y proyectos de investigación y desarrollo
Para qué: aumentar la precisión y la eficiencia energética en el control de motores y reducir los costes de I+D

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Fuente: UPC
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