A pesar de los avances producidos en las últimas décadas en la lucha contra los incendios –entre 2005 y 2014 ardió un 58% menos que hace dos décadas–, los bosques se enfrentan a incendios mucho más destructivos: cada gran incendio forestal quema un 20% más de hectáreas que en la década anterior. Así lo revela el informe Bosques listos para arder presentado ayer por la organización ecologista WWF.
El abandono de los montes y el cambio climático auguran un escenario preocupante para los bosques españoles, que sufrirán grandes incendios forestales con cada vez más frecuencia e intensidad. Este el principal mensaje que lanza este año WWF con su informe Bosques listos para arder.
La organización ecologista destaca los avances que se han producido en la lucha contra los incendios: se ha reducido el total de incendios y la superficie afectada. Según el informe, entre 2005 y 2014 ardieron de media 107.300 hectáreas al año, un 10% menos que la década anterior y un 58% menos que hace dos décadas.
Sin embargo, el mayor problema por resolver son los grandes incendios forestales provocados por la acumulación de combustible en los montes debido a la rápida extinción de los siniestros y por la ausencia de gestión. “Son grandes incendios de alta intensidad, menos frecuentes pero mucho más destructivos”, destaca el informe. De hecho, se han incrementado un 13% en la última década y son, de media, un 30% más grandes.
En la década de 2004 a 2014, cada gran incendio quemó una media de 1.700 hectáreas, 380 más que en la década anterior (más del 22%). Según alerta WWF, “estos grandes incendios virulentos e ingobernables seguirán cobrando protagonismo si las administraciones no apuestan por hacer los bosques más resistentes a las llamas”.
A esto se añade el hecho de que que en el 96% de los incendios está la mano del ser humano detrás: el 55% de los incendios es intencionado frente al 23% que ocurre por accidente o negligencia, y en ellos arde el 60% de la superficie afectada.
Más incendios con el cambio climático
En las próximas décadas, el cambio climático provocará un aumento de las condiciones meteorológicas extremas –sequías y olas de calor– que favorecen los incendios. Esto, unido al escenario actual de abandono de los montes, será letal para los bosques, según el informe.
Prueba de ello es que los años 1994, 2002, 2005 y 2012 fueron años de especial adversidad climática para la Agencia Estatal de Meteorología, y se batieron récords en cuanto a grandes incendios forestales y superficie afectada. En ese sentido, WWF señala que los datos de incendios de 2013 y 2014 son solo un espejismo causado por las benignas condiciones meteorológicas.
Cómo prevenir los incendios
Los ecologistas destacan casos de éxito que han revitalizado los montes, al generar oportunidades de desarrollo rural y prevenir los incendios. Estos son proyectos de recuperación de usos tradicionales del medio forestal como la trashumancia o los Montes de Socios.
Sin embargo, a pesar del potencial de los Programas de Desarrollo Rural, que se espera que estén dotados con unos 150 millones de euros anuales para medidas forestales, las comunidades autónomas siguen apostando por el acondicionamiento de pistas forestales, cortafuegos, y puntos de agua para la extinción, entre otros.
El informe de WWF incluye un plan de acción con medidas concretas que las administraciones competentes podrían impulsar hasta 2018 para reducir la vulnerabilidad de los bosques. Entre las medidas clave está la identificación de zonas de alto riesgo de incendio, la puesta en marcha de programas de intervención social para aumentar la prevención en las zonas más castigadas por el fuego, ventajas fiscales para estimular la gestión del medio forestal, o terminar con la actual impunidad de los incendiarios.