Hans Küng (Sursee, 1928) es investido doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en un acto al que han acudido el Ministro de Educación, Ángel Gabilondo, el Rector de la UNED, Juan A. Gimeno, el decano de la Facultad de Filosofía -quien propuso esta investidura- Manuel Fraijó y una gran cantidad de académicos españoles, expectantes ante la lección magistral del conocido teólogo.
Hans Küng ha aparecido en los últimos años con frecuencia en los medios como el contrapunto católico al actual Papa, Joseph Ratzinger, con quien compartió años de juventud en la Universidad de Tübingen. Desde la Facultad de Filosofía de la UNED, sin embargo, se le recuerda especialmente por sus aportaciones a la Filosofía de la Religión: una gran cantidad de obras que enraízan con una tradición alemana en la que teología y filosofía de la religión van de la mano. Su obra se inició en 1957, con una tesis doctoral que ya iba tejiendo el perfil de diálogo del que es hoy presidente de la Fundación Ética Mundial. Desde esta primera obra sobre el trabajo de Kart Barth (La Justificación. Doctrina de Kart Barth y una interpretación católica), en la que ponía sobre la mesa las conexiones entre el cristianismo católico y el protestante, hasta su trilogía sobre las religiones monoteistas (El islam. Historia, presente, futuro; El cristianismo. Esencia e historia; El judaísmo. Pasado, presente, futuro) gran parte su obra la ha dedicado a buscar los puntos de sutura entre las distintas religiones. Su obra deja también testimonio y reflexión en relación a algunos de los temas más peliagudos del conocimiento teológico: la relación entre ciencia y teología, la existencia de Dios, la noción de verdad, la posición de la mujer dentro de la Iglesia Católica y un largo etcétera.
El teólogo suizo ha dedicado su lección magistral en la UNED a analizar los ’deberes humanos’, cara que asegura necesaria de los ’derechos humanos’, en el mundo globalizado. En su búsqueda de compromisos, acuerdos y entendimiento entre las distintas religiones, los últimos años le han llevado a la reflexión en torno a una posible “ética mundial” como punto de encuentro pacificador de las distintas sociedades del mundo. Como él mismo afirmaba en su obra Proyecto de una ética mundial, ya en 1990, resulta “Imposible sobrevivir sin una ética mundial. Imposible la paz mundial sin paz religiosa. Imposible la paz religiosa sin diálogo de religiones”.
La Fundación Ética Mundial es hoy la materialización de esta idea: un centro dedicado a la investigación, el encuentro y la educación entre culturas y religiones; su lección magistral, en la misma línea, ha ofrecido un diálogo entre el derecho y la ética que, desde su perspectiva, deben verse imbricados, aunque de forma indirecta. Así, el teólogo señala que el derecho mundial “requiere vinculación moral y fuerza de convicción”, ingredientes que la ética puede y debe aportar en un contexto globalizado en el que la convivencia no puede estar sólo basada en una coerción de tipo legislativo. De esta forma, la autoridad ética debe constituirse como fondo que haga cumplir unas leyes generales que reposen en valores comunes. Una ética mundial como sustento de un proyecto que el teólogo señala que no debe ser tan sólo religioso, sino más bien sentar sus bases sobre una perspectiva filosófica a la par que teológica, que reconozca distintas perspectivas y encuentre su centro en las “reglas elementales de la vida”, basándose en la sabiduría de los pueblos en su conjunto. Una sabiduría a través de la cual encuentra una serie de criterios éticos fundamentales y para cuya difusión apela a la voluntad política de los distintos países de cara a seguir las ideas básicas recogidas en la “Declaración sobre la ética mundial” redactada en Chicago en 1993 desde el Parlamento de las Religiones del Mundo. Los principios éticos reseñados en esta Declaración giran en torno al principio de humanidad -y de trato digno- y al de “buena fe”, que entronca con el histórico “no hagas a los demás lo que no quieres para ti”. Hans Küng señala estos principios como precursores de normas jurídicas internacionales y señala que ni el sistema financiero ni la política exterior deben situarse fuera de estos mínimos éticos internacionales.
Küng ha levantado, de nuevo, una lanza en favor del respeto y el entendimiento entre culturas en su nombramiento como Honoris Causa de la UNED y ha remarcado cómo este proyecto, lejos de la utopía, es una visión realista de la sociedad que vivimos que requiere tiempo y trabajo, pero puede y debe materializarse en los próximos años.
Vídeo del evento disponible en canalUNED
Álbum de fotos en el Flickr de la UNED