Un estudio de la Universitat Jaume I apuesta por un modelo de sociedad menos instrumental con la naturaleza, a la vez que por la necesidad de revisar la jerarquía de superioridad del ser humano por encima del medio ambiente.
Una investigación de la profesora del departamento de Filosofía y Sociología de la Universitat Jaume I Irene Comins critica que la sociedad contemporánea "legitime la manipulación instrumental de los recursos naturales a la vez que la naturaleza se ha convertido en un objeto más del capitalismo". Los resultados de este estudio, que defiende la transición hacia una nueva autoconciencia ecológica, se han publicado en Daimon, Revista Internacional de Filosofía.
Irene Comins aborda las contribuciones de la filosofía del cuidar al pensamiento ecológico y recomienda la revisión de "centrismos excluyentes y reduccionistas de la realidad, como por ejemplo la jerarquía de superioridad del ser humano por encima del medio ambiente", comenta la investigadora de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales. De hecho, este trabajo se enmarca en la línea de construir una ecosofía: una filosofía ecológica capaz de orientar el gran cambio de ideas que ha tenido lugar en las últimas décadas en relación con el deterioro del medio ambiente.
Este estudio presenta la Carta de la Tierra –promovida por las Naciones Unidas para la protección ambiental, los derechos humanos, el desarrollo igualitario y la paz– como ejemplo de declaración internacional que asume la filosofía del cuidar como marco de sentido para la construcción de una nueva conciencia ecológica. Comins recuerda que la historia del pensamiento occidental, a excepción de algunas corrientes puntuales, "se ha caracterizado por el antropocentrismo, es decir, por situar al ser humano en un plano superior al de la naturaleza".
Por un lado, en opinión de la profesora, "la naturaleza se conceptualiza como una materia inerte, susceptible de ser objeto de una relación instrumentalizada al servicio del ser humano. La ciencia occidental, de tradición galileana, ha contribuido a esa transformación de la naturaleza de una madre viva y nutricia en una materia inerte y manipulable, una transformación conceptual que se adaptaba perfectamente a la exigencia de explotación del capitalismo". Y, por otro lado, "el ser humano, individualista, ha olvidado su terrenalidad, su conexión íntima con el entorno", argumenta Comins.
El legado de las mujeres
En el camino hacia una nueva autoconciencia ecológica, la profesora de la UJI considera especialmente interesante "dirigir la mirada hacia las voces silenciadas por el pensamiento occidental hegemónico: las de las mujeres y las de los pueblos no occidentales». Las principales aportaciones ecologistas provenientes de estas dos voces, tienen, según la autora, «algunos puntos en común: una visión que considera a la vida sagrada, a la tierra como madre y a sus seres como profundamente interconectados".
Esta investigación de Irene Comins se centra en las aportaciones del legado de las mujeres a la construcción de esa nueva conciencia ecológica. "Frente a la lógica excluyente de la dominación y de la acumulación económica –asevera– hay que promover una lógica alternativa de la sostenibilidad de la vida, que esté construida sobre el eje relacional de los cuidados. La atribución histórica a las mujeres de las tareas del cuidar ha hecho que estas desarrollen unas determinadas habilidades morales –de mantenimiento de las conexiones, la sostenibilidad y el cuidado de la vida– que descubrimos ahora como fuente de una cosmovisión biocéntrica".
Ante la lógica de la acumulación económica, «la lógica de la sostenibilidad de la vida otorga un lugar prioritario a la supervivencia, al mantenimiento de la salud, a las tareas de reproducción y de cuidado, tareas que además de mantener la vida proporcionan una comprensión práctica de que hay que preservar la naturaleza si queremos sobrevivir», concluye.
Referencia bibliográfica:
Comins Mingol, Irene (2016): "La filosofía del cuidado de la Tierra como ecosofía" Daimon, Revista Internacional de Filosofía, n.º 67, 133-148.