La ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez y la infanta Doña Cristina han participado hoy en México en la presentación de la Iniciativa Salud 2015 Mesoamérica. La financiación total del proyecto, innovador por su carácter público-privado, es de 150 millones de dólares, aportados, a partes iguales, por el Gobierno de España, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Instituto Carlos Slim de la Salud.
España participa desde hoy en la Iniciativa Salud 2015, un proyecto de cinco años para reducir las diferencias en materia de salud que sufren las poblaciones con extrema pobreza y apoyar a los países de la región mesoamericana. El objetivo es sumar esfuerzos para lograr una mayor eficacia, basada en resultados, de la salud materna y neonatal, la nutrición materna e infantil, la vacunación, el dengue y la malaria.
Se trata de una innovadora asociación público-privada entre los países de la región mesoamericana (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Belice, Panamá y los nueve estados del sur de México), España, la Fundación Bill y Melinda Gates, la Fundación Carso- Instituto Carlos Slim de la Salud y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El proyecto está financiado por el Gobierno de España, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Instituto Carlos Slim de la Salud que aportan, en total, 150 millones de dólares (50 millones cada uno) para proyectos de salud dirigidos a niños, mujeres y comunidades en el 20% de la población más pobre.
La Iniciativa trabaja en coordinación con las entidades del Sistema Mesoamericano de Salud (SMSP), un instrumento de apoyo a las metas de salud establecidas por este organismo y el Consejo de Ministros de Salud de Centroamérica (COMISCA). La finalidad de este proyecto es apoyar a los países de la región mesoamericana para cumplir los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas en materia de salud.
El problema de la falta de equidad
Uno de los motivos que ha llevado a la creación de esta Iniciativa es la falta de equidad en la región mesoamericana. A pesar de los avances en materia de salud en la última década, existen diferencias entre la situación de la población que vive en extrema pobreza y la de grupos más favorecidos.
Por ejemplo, se pueden citar los altos índices de mortalidad materna de la región mesoamericana, la frecuencia de la desnutrición crónica y la anemia, la dificultad para realizar una vacunación oportuna de los niños menores de dos años, o que las enfermedades infecciosas –como la malaria o el dengue- todavía afectan a los pobres en forma desproporcionada.