Un equipo de científicos de la Estación Agrícola Experimental (CSIC) de León trata de desarrollar, en colaboración con científicos del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo, en La Coruña, un test inmunológico de diagnóstico de la dicroceliosis, una una de las parasitosis con mayor incidencia en el ganado ovino. Basada en la obtención y uso de anticuerpos monoclonales contra el parásito Dicrocoelium dendriticum, esta técnica permitiría realizar el diagnóstico diferencial de la dicroceliosis a partir del suero y de las heces de los animales infectados.
Dicrocoelium dendriticum es un parásito cuyos ejemplares adultos viven en el hígado de numerosas especies de mamíferos (principalmente rumiantes) y, a veces, en el hombre. Tiene un ciclo biológico indirecto y muy complejo, donde intervienen moluscos terrestres (caracoles) y hormigas como primeros y segundos hospedadores intermediarios, respectivamente. Los adultos de Dicrocoelium ponen huevos embrionados que salen al exterior con las heces del ganado.
"El problema es que muchos de estos parásitos comparten antígenos, como ocurre con Dicrocoelium dendriticum y Fasciola hepatica", explica a DICYT Yolanda Manga. Así, "si no se consiguen aislar antígenos específicos de cada uno, se puede errar en el diagnóstico de la enfermedad", puntualiza la investiagdora. Los antígenos son sustancias que inducen la formación de anticuerpos porque el sistema inmunológico los reconoce como una amenaza
Técnica larga y difícil
Una vez ingerido por el caracol, el huevo eclosiona en su interior y libera el parásito que, después de varias multiplicaciones asexuadas, se transforma en cercarias, que, a su vez, abandonan el caracol en el interior de bolas de mucus. Cuando las hormigas ingieren las bolas, las cercarias se transforman en metacercarias (fase infectante para el ganado). Uno de los parásitos se instala en el cerebro de la hormiga y, cuando baja la temperatura y la intensidad de la luz, se altera su comportamiento produciendo una parálisis temporal de las mandíbulas, lo que facilita la ingestión de las hormigas por las ovejas. Estas metacercarias se transforman en adultos, completándose así el ciclo biológico.
La investigación funciona como sigue: se obtienen adultos del parásito, recolectados del hígado de ovejas infectadas, y se cultivan en laboratorio para obtener antígenos. Seguidamente se estudia su composición proteica y se comprueba la especificidad y capacidad inmunogénica de las fracciones antigénicas obtenidas mediante el test ELISA y Western Blot, probándolas luego frente a sueros de animales infectados con Dicrocoelium y otros parásitos. Las fracciones específicas de Dicrocoelium se utilizan para la inmunización de los ratones y producción de anticuerpos monoclonales. "La técnica para obtener dichos anticuerpos es larga y difícil", puntualiza Manga.
Esta investigación se basa en la experiencia acumulada por el Grupo de Parasitología leonés, compuesto por los investigadores Yolanda Manga González, Camino González Lanza y Baltasar Miñambres Rodríguez.El estudio está financiado por la Junta de Castilla y León.