Los análisis realizados por un grupo de científicos españoles han permitido demostrar que la superficie del pino negro (Pinus uncinata) en el Pirineo catalán ha aumentado un 15% de 1956 a 2006, es decir unas 9.000 nuevas hectáreas. Según la investigación, el incremento se relaciona sobre todo con factores socioeconómicos como la pérdida de población rural y el abandono del sector primario en las zonas de montaña.
Un equipo de investigadores del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña (CTFC) ha analizado los patrones de expansión del bosque de pino negro (Pinus uncinata) en los Pirineos. El estudio, publicado recientemente en la prestigiosa revista Global Ecology and Biogeography, ha permitido identificar las nuevas áreas colonizadas por esta especie en el curso de los últimos decenios (1956-2006), así como determinar los principales factores responsables de esta dinámica.
El trabajo se realizó en toda el área de distribución del pino negro en el Pirineo catalán, lo que representó más de 80 municipios y una superficie total de 6.010 Km2. Los cambios en la cobertura vegetal fueron analizados al comparar más de 200 de fotografías aéreas tomadas entre 1956 y 2006.
Los análisis demuestran un aumento de la superficie ocupada por el pino negro de alrededor del 15% (pasando de 55.000 hectáreas en el año 1956 a 64.000 hectáreas en 2006). La investigación resalta además una "marcada correlación" entre los procesos y factores socioeconómicos, como la pérdida de población de los municipios de montaña o el abandono de las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales.
Según los investigadores, la recuperación de las poblaciones de pino negro en el Pirineo catalán recalca "el importante papel que tienen los cambios en los usos del suelo en la conformación y futura evolución del paisaje de montaña".
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