Los conflictos armados privan a 28 millones de niños de la posibilidad de recibir educación y los exponen al riesgo de ser víctimas de violaciones y otros abusos sexuales. Además, propician ataques contra las escuelas y atentados contra los derechos humanos, según el Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2011 que ha dado a conocer hoy la UNESCO.
La UNESCO denuncia que los conflictos armados y la falta de ayuda internacional hipotecan el futuro de millones de niños. El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo 2011 señala que estos conflictos desvían hacia el gasto en armamento los fondos públicos que podrían emplearse en educación. De los niños del mundo en edad de ir a la escuela primaria que están sin escolarizar, un 42%- 28 millones- vive en países pobres afectados por conflictos.
“Lo que de verdad debemos preguntarnos no es si podemos disponer de recursos para lograr la universalización de la enseñanza primaria, sino más bien si podemos permitirnos el lujo de seguir manteniendo prioridades equivocadas y aplazando el momento de convertir las bombas en libros”, declara Oscar Arias Sánchez, ex presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz (1987). El informe está respaldado también por otros tres premios Nobel en esta categoría: Shirin Ebadi (2003), José Ramos-Horta (1996) y el arzobispo Desmond Tutu (1984).
Según el estudio, “tan sólo con lo que dedican en seis días los países ricos al gasto militar se podría anular el déficit anual de financiación de la Educación para Todos, que se cifra en 16.000 millones de dólares”.
“Las páginas de este informe detallan crudamente la violencia real que se está ejerciendo contra algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo, incluidos los niños en edad escolar, y retan a los dirigentes de todos los países, ricos y pobres, a emprender una acción decisiva”, dice el arzobispo Tutu.
Una crisis encubierta
Los expertos independientes que elaboraron el informe proponen revisar las prioridades globales de la ayuda externa, reforzar los derechos de los desplazados internos y prestar más atención a las deficiencias de los sistemas educativos “que pueden incrementar los riesgos de conflictos”.
“Las guerras –dice la directora general de la UNESCO, Irina Bokova– siguen representando un importante obstáculo para el desarrollo humano en muchas partes del mundo, pero hasta ahora se han ignorado ampliamente sus repercusiones en la educación. La originalidad de este informe estriba en que expone documentadamente la magnitud de esta crisis encubierta y sus causas subyacentes, al mismo tiempo que presenta propuestas bien argumentadas para efectuar los cambios que se imponen”.
En el periodo 1999-2008, 35 países del mundo se vieron afectados por conflictos armados. “En muchos países, las violaciones y otros abusos sexuales se han convertido en armas de guerra y la atmósfera de inseguridad y temor creada por las violencias sexuales hace que muchos niños –y sobre todo niñas– se vean en la imposibilidad de ir a la escuela”, explica el informe.
Muchos de los países que han sufrido conflictos armados en el pasado –como por ejemplo Guatemala– continúan con elevados índices de violaciones y abusos sexuales, “lo que induce a pensar que esos comportamientos surgidos durante los conflictos violentos se arraigan en la sociedad imprimiendo un carácter violento a las relaciones entre los sexos”.
Por el fin de la cultura de la impunidad
El informe exige que se acabe con los crímenes sin castigo en torno a las violencias de carácter sexual, intensificando la vigilancia de los atentados perpetrados contra los derechos humanos, aplicando con más rigor las normas del derecho internacional vigente y creando una comisión internacional sobre las violaciones y los abusos sexuales que esté respaldada por la Corte Penal Internacional.
Kevin Watkins, director del informe, advierte que “los niños y los sistemas educativos no sólo se ven envueltos accidentalmente en un fuego cruzado en un combate, sino que se están convirtiendo cada vez más en blanco sistemático en los conflictos armados. Es hora de que la comunidad internacional pida cuentas a los que perpetran crímenes odiosos”.
Ayuda humanitaria para la educación
La educación apenas representa 2% del total de la ayuda humanitaria. “Para terminar con el déficit de financiación de la educación, los recursos de los fondos comunes destinados a la ayuda humanitaria tendrían que incrementarse para alcanzar 2.000 millones de dólares”, afirman los expertos.
El informe llega a la conclusión de que los países “donantes” deben suprimir la línea divisoria artificial entre la ayuda humanitaria y la asistencia para el desarrollo.
“Los refugiados y desplazados internos del mundo entero tropiezan con importantes obstáculos para acceder a la educación”, destaca el estudio. Colombia es el segundo país del mundo, con más desplazados internos. Los adolescentes desplazados colombianos de 12 a 15 años que todavía cursan primaria son dos veces más numerosos que los no desplazados de la misma edad.
Esto indica que los desplazados ingresan tardíamente en la escuela primaria, repiten curso con mayor frecuencia y la desertan con más facilidad. En 2004, una sentencia transcendental dictada por la Corte Constitucional estableció la educación gratuita para los niños desplazados y, desde entonces, la proporción de desplazados internos de 5 a 17 años escolarizados pasó de un 48% en 2007 a un 86% en 2010.
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El Informe de Seguimiento de la Educación para Todos en el Mundo es una publicación anual realizada por un equipo independiente y editada por la UNESCO.