El Gran Colisionador de Hadrones (LHC) volverá a ponerse en marcha este mes en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) y funcionará sin parar los próximos 18 ó 24 meses. Después detendrá su actividad durante un periodo largo y volverá a operar a mayor energía. Así lo han acordado los responsables del LHC en el encuentro que la semana pasada celebraron en Chamonix (Francia).
"La decisión más importante que hemos alcanzado es operar el LHC de 18 a 24 meses a una energía de colisión de 7 TeV (3,5 teraelectronvoltios por haz), y después haremos una larga parada para realizar todos los trabajos necesarios que nos permitan alcanzar la energía de colisión prevista en el LHC de 14 TeV en el siguiente período de funcionamiento", explica Steve Myers, director de aceleradores y tecnologías del CERN, tras la reunión de los científicos del LHC en Chamonix (Francia), donde anualmente celebran un encuentro.
“Esto significa" -prosigue Myers- "que cuando los haces vuelvan a circular este mes por el LHC entraremos en la fase más larga de operación del acelerador en la historia del CERN, que nos va llevar hasta el verano u otoño de 2011".
El director recuerda en un comunicado que el LHC, que detuvo su actividad a finales de 2009, es diferente a cualquier máquina anterior del CERN: “Es una instalación criogénica, cada fase está acompañada por largas fases de enfriamiento y calentamiento y, por esa razón, el modelo operativo tradicional del CERN de 'funcionamiento durante el verano y parada en invierno’ ya se había puesto en duda”.
Además, los responsables del gran acelerador de partículas reconocen la necesidad de preparar la máquina para funcionar con energías de colisión “significativamente más altas” a los 7 TeV que habían seleccionado para la primera etapa del proyecto.
Los últimos datos de los técnicos indicaban que, aunque se puede explotar el LHC a 7 TeV sin riesgos para la máquina, si se opera a más energía se requiere un trabajo mayor en el enorme túnel. De esta forma se ha tenido que elegir: funcionar durante unos pocos meses y programar sucesivas paradas cortas para incrementar la energía, u operar durante un periodo largo y programar una sola parada también larga antes de alcanzar los 14 TeV (7 TeV por haz). Los responsables del LHC han optado por la segunda posibilidad.
Myers concluye: “A la larga es la decisión correcta para el LHC y para los experimentos. Esto da al personal de la máquina el tiempo necesario para preparar cuidadosamente el trabajo necesario antes de permitir los 14 TeV. Y para los experimentos, los 18 ó 24 meses aportarán datos suficientes de todas las áreas de descubrimiento potenciales para posicionar firmemente al LHC como la instalación más importante del mundo en física de partículas de alta energía”.