El Instituto de Automática e Informática Industrial (ai2) de la Universidad Politécnica de Valencia está trabajando junto con el Instituto Tecnológico de Óptica, Color e Imagen (AIDO) y la Unidad de Sistemas Industriales de Fatronik en un nuevo sistema robotizado e inteligente para la descontaminación de los vehículos y su reciclado. Cuentan ya con dos prototipos, uno a escala de laboratorio y otro industrial.
Según apuntan los investigadores del ai2, actualmente se recicla más del 95% del vehículo, salvo elementos altamente contaminantes como pueden ser las baterías, los catalizadores, etc. que son tratados por empresas especializadas. El resto del vehículo se reutiliza, bien en forma de piezas de segunda mano o bien enviando la chatarra a una fundición.
Así, el prototipo de laboratorio con el que cuenta el ai2 es extremadamente potente y flexible. Está dotado con avanzada tecnología de visión artificial y unas capacidades sensoriales de altas prestaciones. Junto al prototipo industrial, permite realizar operaciones automáticas de desensamblado del vehículo, separando sus diferentes componentes (ruedas, baterías…) y extraer líquidos contaminantes, como carburantes, aceites, etc.
Según apunta Antonio Sánchez, investigador del Instituto ai2, la automatización de este proceso conllevará un importante beneficio social y medioambiental. “La automatización permitirá reutilizar más materia prima básica, tanto metales, como vidrios, etc., e incluso más componentes que siguen funcionando en un vehículo que ha llegado al final de su vida útil en otros vehículos”, señala Sánchez.
Sensores de fuerza y de visión
El prototipo de laboratorio del ai2 incorpora sensores de fuerza, instalados en las muñecas de los brazos robotizados –entre la herramienta y el brazo- para realizar operaciones de desatornillado, corte con tijeras de cable y corte con sierra. La unidad de control del brazo es la que gestiona los movimientos del brazo e incorpora un nuevo sistema en tiempo real que permite implementar un control de fuerza.
Asimismo, los sensores de visión permiten generar mapas 3D del vehículo. “Se trata de una tecnología punta que captura información tridimensional de la escena. Permite hacer un chequeo de cómo está el vehículo en ese momento para ver qué operaciones de desensamblaje son necesarias hacer”, apunta Antonio Sánchez.