Un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz (UCA), liderado por el catedrático José María Quiroga, estudia los adecuados diseño, tamaño y modo de operación de diferentes tecnologías no convencionales, y sus posibles combinaciones, para depurar las aguas procedentes de núcleos urbanos de menos de 2.000 habitantes. El objetivo de esta investigación es aplicar sus resultados a la red de pequeñas depuradoras de Andalucía.
En el estudio participan el Centro de las Nuevas Tecnologías del Agua de la Junta de Andalucía, la Agencia Andaluza del Agua y la Sociedad Estatal de la Infraestructura Agraria (SEIASA). Por su categoría de proyecto de excelencia, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa ha dotado a este estudio con 107.000 euros.
Las tecnologías no convencionales o extensivas imitan el comportamiento de la naturaleza y necesitan poca energía. Como contrapunto a este ahorro está la necesidad de emplear unas superficies mayores. Entre los procedimientos no convencionales que pretende utilizar el equipo de Quiroga está el lagunaje (que almacena agua en pequeñas lagunas durante el tiempo necesario para que se estabilice la materia orgánica que contiene; más tarde se fermentan, se pudren y oxidan y después son consumidos por los seres vivos que las habitan, convirtiéndose en moléculas estables que forman parte de la materia viva), los humedales artificiales, los filtros de turba, el lecho bacteriano y los contactores biológicos (tratamiento industrial en el que los microorganismos responsables de la degradación de la materia orgánica se adhieren al soporte que gira en el agua a depurar) aunque “será la propia investigación la que irá marcando la pauta de trabajo”, puntualiza el catedrático de la UCA.
El empleo de estas técnicas se considera una opción eficaz que, además, se ajusta al nuevo marco legislativo descrito por la directiva 91/271 sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas y el Real Decreto 1620/2007, del 7 de diciembre, que es la primera norma que establece un régimen jurídico sobre la reutilización de las aguas de las depuradoras y las calidades que deben presentar.
En Andalucía casi el 82% de los 2.759 municipios que integran la comunidad tiene una población inferior a 2.000 habitantes y, de esa cifra, en 1.758 localidades están empadronadas menos de 500 personas. Dado que la mayor parte de estos pequeños núcleos urbanos carece de sistemas de tratamiento de aguas o los que existen no está operativos, “resultará productivo establecer líneas de investigación acerca de cómo solventar el problema derivado del saneamiento del agua en estos lugares”, indica Quiroga.
En 1987, la Junta de Andalucía comenzó a abordar la limpieza de las aguas grises proveniente de localidades con escasa población aplicando tecnologías no convencionales. Actualmente, existen 26 instalaciones que realizan esta labor mediante lagunaje. De ellas, el 56% se ubica en Almería. Un ejemplo es la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) de Mojácar-Garrucha. Los humedales artificiales también tienen su espacio dentro de la geografía andaluza como son los casos de la localidad granadina de Albondón, la pedanía algodonaleña de La Muela, en Cádiz, o la EDAR del Albergue Juvenil de Cortes de la Frontera, en Málaga.
José María Quiroga y su equipo tienen de plazo hasta 2012 para obtener resultados de este proyecto de excelencia.